Con el acompañamiento del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), pequeños productores de Colonia Esmeralda, en el departamento San Pedro, decidieron incorporar prácticas amigables con el ambiente en sus yerbales, lo que redunda en una productividad sostenida en el tiempo y un aporte ecológico importante.
“Con uno de los productores, Itamar Merlugo, estamos en la etapa de realización de curvas a nivel”, contó el ingeniero Cristian Olivera, del Servicio de Extensión Yerbatero del INYM. “Y con Marcia Helou evaluamos cómo manejar un yerbal donde hace al menos 10 años no se efectúa la cosecha”, agregó.
Merlugo tiene prevé sumar algunas hectáreas a las tres hectáreas de yerba mate que ya están en producción, todas en una superficie destinada mayoritariamente a producción agraria familiar. Helou, por su parte, decidió explotar el yerbal tras encontrar la posibilidad de comercializar la materia prima para la elaboración de yerba mate orgánica.
Ambas chacras están situadas en inmediaciones de la Reserva de Biosfera Yabotí (a unos 30 kilómetros de la ruta nacional 14), lo que le confiere una singularidad ambiental.
El INYM viene impulsando en toda la zona productora (Misiones y norte de Corrientes) a través del Servicio de Extensión Yerbatero, prácticas que permiten conservar el agua, y mejorar fertilidad al suelo e incrementar el rendimiento de las plantas de yerba mate.