Productores de prácticamente todos los rincones del país muestran los resultados de su trabajo en los nueve «caminos» trazados en el Pabellón Azul de los predios de
Esos originales senderos son los de las carnes (jamones, embutidos, ahumados y procesados), los quesos, los aceites y especies, las bebidas, los frutos de la tierra, dulce, yerba mate y té y de la tradición.
El noveno es para los apetitos de la vista y el espíritu, el del turismo, con muestras de las bellezas naturales de esta inmensa geografía del extremo sur del subcontinente, imposible ver en un solo país en otras latitudes.
Paralelamente, como un extra de la oferta turística, puede apreciarse la creatividad de los artesanos de todos esos rincones, su variedad de estilos, tradiciones y materiales utilizados.
Los expositores, en su mayoría integrantes de familias dedicadas a producir lo que ofrecen, superan por su sencillez en el lenguaje y la hospitalidad a los tradicionales guías de otras muestras que aprenden al dedillo y sin grandes emociones el guión de lo que intentan promover.
Como si todo eso fuera poco, quienes se acercan a los estantes pueden comprobar con asombro, y por supuesto para alegría del bolso, los precios accesibles, inferiores a los de la red comercial habitual, y con serios descuentos a quienes adquieren ciertas cantidades.
El progreso evidente en esta edición en cuanto a calidad y cantidad, empaque, etiquetado y presentación de las producciones salta a la vista y es un reflejo la colaboración de
Esto, unido a ponencias y conferencias especializadas desde hoy hasta el cierre de la feria el 16, vaticina un futuro auspicioso a un sector de la economía en franco crecimiento y expansión, lo cual abre puestos de trabajo y nuevas perspectivas a pesar de la crisis financiera mundial.
Fuente:Prensa latina