ya que supone el 69 por ciento del suministro de energía renovable del mundo y es el principal combustible doméstico para cerca de 2 400 millones de personas. El uso de cocinas más eficientes podría reducir los casi 2 000 millones de toneladas de emisiones anuales de dióxido de carbono que proceden de preparar los alimentos y potabilizar agua.