De la rojiza tierra de un campo en las verdosas montañas del sudoeste de Nigeria crecen retoños con apariencia endeble, como si fueran fáciles de doblegar por la lluvia o una leve patada de algún animal. Pero las apariencias engañan.
Se trata del cassava, una especie de yuca o mandioca que se convierte rápidamente en un tosco tronco parecido al de bambú, con raíces tan amplias que un cultivo de una sola hectárea es capaz de suministrar tres toneladas de comida.
La planta es capaz de sobrevivir a incendios, sequías o plagas, y al mismo tiempo ofrece una vital fuente nutritiva para los más de 500 millones de habitantes que pueblan el Africa subsahariana.
Es en este simple tubérculo que el continente podría hallar la manera de alimentarse, independientemente de las circunstancias, dicen expertos en el Instituto Internacional para la Agricultura Tropical.
“Durante guerras, durante lo que sea, el campesino que tiene cassava tiene comida”, dijo Richardson Okechukwu, encargado de investigaciones sobre esta planta en el instituto.
En Nigeria, donde es costumbre comer un producto derivado del cassava, llamado eba, a la hora de la cena, la planta es un elemento vital para la nutrición en el país.
Los científicos en el instituto, y otros cuya causa es la lucha contra el hambre, aspiran a mejorar los cultivos de cassava a fin de ayudar al continente a alimentars
Fuente El día