Acaba de terminar el partido entre el fútbol y el campo. El primero hizo seis goles al hilo. El segundo marcó cinco tantos. Seis a cinco. Aunque luego los goles del campo fueron anulados en su totalidad porque alguien advirtió que los mismos recién podrían ser computados –eventualmente– a partir de 2010. Seis a cero.
Esta semana
También esta semana el Congreso aprobó un proyecto que establece la creación de un “fondo de emergencia agropecuaria” de 500 M/$ anuales destinado a brindar ayudas directas a los productores afectados por desastres naturales
Se supone que los 155 M/u$s podrán solucionar buena parte de los problemas económicos de los principales clubes argentinos. Pero se necesitan bastante más de 500 M/$ para regenerar el enorme agujero financiero presente en el agro a causa de la mayor sequía de los últimos 50 años y de los bajos precios relativos de los granos, hacienda y leche promovidos por la política intervencionista oficial.
La cuestión es que esos 500 M/$ recién serán incorporados en el Presupuesto Nacional del ejercicio 2010, cuando muchos productores ya no los necesiten, ya sea porque entonces la sequía será un recuerdo amargo o bien porque, sencillamente, dejarán de ser productores.
Al anunciar esta semana el acuerdo entre el gobierno y
“He escuchado y he leído en estos días que el fútbol iba a ser subsidiado por el Estado; los que escriben esto saben que el fútbol es un negocio extraordinario que no necesita ser subsidiado, sino simplemente tener la oportunidad de participar en las ganancias que el mismo produce como evento deportivo, como espectáculo cultural de todos los argentinos”, dijo la presidenta.
Es curioso. Para establecer derechos de exportación al agro el gobierno nacional se ampara en los artículos 749, 755 y 756 del Código Aduanero (Ley 22.415/81), que también es una norma establecida de hecho por la última dictadura militar. Siempre se puede hacer una excepción.
El agro es un negocio que puede ser extraordinario –siempre que llueva bien, claro– y que no necesita ser subsidiado. La dirigencia del agro, primero de manera dispersa y luego unificada en la Comisión de Enlace, viene reclamando hace años la oportunidad de participar en las ganancias que ellos mismos producen. Pero hasta el momento no han tenido éxito.
Es poco probable que una nota televisiva sobre dos gauchos sembrando un lote tenga más audiencia que un partido de fútbol. También es poco probable que todos los argentinos podamos vivir algún día de la compra y venta de jugadores a clubes europeos.
Si mañana el sector agropecuario desapareciese de un soplido en Chile, seguramente algunas regiones del país trasandino pasarían un muy mal momento, pero la nación vecina lograría sobrevivir. Pero si desapareciese el sector minero, con él se evaporaría absolutamente todo lo demás (por este motivo la principal empresa chilena, la minera Codelco, es una compañía estatal y todos los políticos, sean de color que sean, han rechazado siempre cualquier intento de privatizarla).
Si
En el primer semestre de 2009, según datos del Banco Central (BCRA), el ingreso neto de divisas (cobros por exportaciones – pagos por importaciones – utilidades giradas al exterior) generado por el sector “oleaginosos y cereales” fue de 10.506 M/u$s, seguido por “alimentos, bebidas y tabaco” con 2633 M/u$s, petróleo con 1844 M/u$s y metales comunes con 409 M/u$s (esto dos últimos son recursos no renovables).
El resto de los grandes sectores de la economía (automotriz; industria química, caucho y plástico; industria textil y curtidos; comercio; etcétera) consumen muchos más dólares de los que generan. Por lejos. La “venta de jugadores”, por el momento, no figura en las estadísticas del Balance Cambiario del BCRA.
Fuente: InfotcampoEzequiel Tambornini