«El objetivo primario es desarrollar un sistema de trazabilidad que pueda aplicarse en la producción de ganado bovino basado en un collar con un GPS», explicó Martín Irurueta, referente del INTA en el proyecto de Seguimiento y Localización de la Producción Agrícola (OTAG, en inglés).
Además de monitorear el movimiento de los animales las 24 horas, la innovación -financiada por la Unión Europea- permite correlacionar el movimiento de los vacunos con el uso de los recursos naturales, el agua, los recursos forrajeros y facilitar el seguimiento preciso de cómo se utilizan estos recursos.
«Hoy los mercados no sólo demandan un producto de calidad, sino conocer el ciclo productivo en pos de la inocuidad de los alimentos», explicó Daniel Rearte, coordinador del programa Carnes del INTA.
Esta innovación permite «identificar los lugares de las pasturas que más fueron consumidas por los animales, qué toros fueron más eficaces desde el punto de vista reproductivo, y también tiene un importante componente epidemiológico», detalló Rearte.
En este sentido, Irurueta agregó que «la idea es discutir con los expertos de los servicios sanitarios de la región las potenciales utilidades del sistema, porque el seguimiento nos permite saber con exactitud qué animales estuvieron en contacto».
«En el caso de aparición de un brote de alguna enfermedad, como la aftosa, uno va a conocer cuál es el animal que originó el brote y con qué otros animales estuvo», aseguró.
Este dato no es menor a la hora de aplicar el llamado rifle sanitario, ya que posibilitará minimizar la cantidad de hacienda sacrificada, al circunscribir la acción a aquellos bovinos que compartieron la zona buffer.
Emiliano Grave, a cargo del sistema nacional de identificación del ganado bovino del Senasa, destacó en ese sentido que la identificación individual del animal y conocer la posición geográfica, «sumado al conocimiento de la georeferenciación, nos va a cerrar el circuito de trazabilidad individual del animal».
«Al Senasa le permite una mejor vigilancia epidemiológica del rodeo nacional y nos podría marcar posibles estados de alertas sanitarios», agregó Grave.
El sistema consta de collares con GPS incorporado y una estación base, que cada vez que el animal pasa a una determinada distancia, captura la información retenida en el mecanismo acerca de su movimiento.
«Hoy estamos visualizándolo como una herramienta aplicada a la investigación y en unos años se podrá aplicar en zonas de fronteras calientes o en la producción, reemplazando a las caravanas», reconoció Irurueta.
Fuente: Telam