La Dra. Eva Kappe y sus colegas analizaron 56 casos sometidos a necropsia. Los investigadores informaron que los terneros enfermaron en el primer mes de vida, independiente de la raza y el sexo. Sólo unos pocos animales de la hacienda se vieron afectados, añaden los expertos. Además, en todos los animales se encontraron petequias y equimosis en muchos órganos y tejidos, especialmente en la piel, tejido celular subcutáneo y en el tracto gastrointestinal.
Bajo el microscopio, se observó una disminución severa de las células de la médula ósea. Sin embargo, el agotamiento de linfocitos (43%) y lesiones inflamatorias (46%) fueron bajos y esporádicos. Los investigadores señalaron que los análisis de sangre de cinco animales indicaron una pancitopenia aplásica y añadieron que la trombocitopenia resultante se considera como un patomecanismo principal de este síndrome de la enfermedad hemorrágica.
Tras analizar la genealogía, no hubo indicios de que la enfermedad fuera hereditaria y las pruebas de toxinas específicas, tales como la S-(1,2-Diclorovinil)-L-cisteína (DCVC), furazolidona, o micotoxinas, resultando en el agotamiento de la médula ósea fueron negativos. Asimismo, las infecciones bacterianas, el virus de la Diarrea Viral Bovina y el virus de la fiebre catarral ovina se descartaron como causa de la enfermedad.
El síndrome de la enfermedad hemorrágica comparte similitudes con una infección circoviral en pollos (la anemia infecciosa de los pollos), señalaron Kappe y sus colegas. Un PCR de amplio espectro permite la detección de ADN circoviral en 5 de 25 casos del síndrome de la enfermedad hemorrágica y en 1 de 8 casos que no se presentaron como casos del síndrome de la enfermedad hemorrágica, presentados para necropsia.
La secuenciación del genoma viral conjunto reveló una alta similitud (hasta el 99%) con el circovirus porcino tipo 2b (PCV2). En uno de los ocho animales que resultaron positivos a la patología en cuestión luego de un examen inmunohistoquímico, las células de la médula ósea individuales se mancharon débilmente de manera positiva para el antígeno de PCV2.
Esta es la primera vez que se detecta circovirus en el ganado bovino alemán, escriben los autores.
La causa exacta del síndrome de la enfermedad hemorrágica todavía se desconoce. Es concebible una etiología multifactorial que involucra una infección, envenenamiento, inmunopatía o una predisposición genética. Por ello, los científicos sugieren investigaciones adicionales para aclarar la patogenia y el papel potencial de la PCV2 en el síndrome de la enfermedad hemorrágica.