Luego del caldeado encuentro entre funcionarios provinciales y madereros en Santa Rosa, el subsecretario de Energía, Marcelo Gatti, confirmó la instalación de seis nuevos generadores que aumentarán la potencia de 2,6 a 5 Mega Voltio Amperio, lo que permitiría a las industrias radicadas allí, a trabajar a un ritmo normal, sin la necesidad de racionar la electricidad o funcionar por turnos. La confirmación llegó al día siguiente de una reunión que, según los industriales, no fue productiva porque salieron “sin ninguna respuesta favorable a los reclamos de urgencia planteados a las autoridades de la DPEC y Enarsa”, habían manifestado.
Las únicas medidas que se comunicaron por parte de la empresa prestadora del servicio fueron las de podar los árboles que interfieran en el cableado a lo largo de 10 kilómetros y el reemplazo de 3 mil aisladores, acción que a su vez demandará cortes de tres horas como mínimo para concretarla.
El tercer anuncio fue la instalación de más generadores, además de los seis que existen en Santa Rosa, para duplicar la capacidad de generación de la llamada reserva fría, algo que también demandará meses hasta su óptimo funcionamiento, pero que resolvería parte de la crisis energética permitiendo que el próximo verano, época de mayor demanda de energía, las industrias y los habitantes no sufran cortes.
Una demanda
no planificada
La falta de inversión de la empresa estatal quedó al descubierto ante la gran demanda de energía no planificada en las redes, que en su gran mayoría tiene más de 40 años, según los propios operarios de la distribuidora. Santa Rosa, en el año 2003 los registros indican un consumo de 1 Mva.
Lo que se duplicó en el 2007, pasando a 3Mva en 2009, capacidad que fue ampliamente superada a principios de 2010, por lo que los empresarios solicitaron con carácter “urgente” la necesidad de contar con el suministro de 5 Mva para poder producir.
Incluso, algunos vaticinan que una vez instalados los nuevos motores, se necesitará una capacidad aún mayor de energía.
Indicaron además que una de las posibles soluciones sería conectar una línea desde Itá Ibaté hasta Santa Rosa, obra que demandaría unos 20 millones de dólares y que el gobierno nacional lo tiene apuntado entre las prioritarias.