Las críticas, unánimes en todo el recinto, apuntaron a la necesidad de terminar con medidas que «desincentivan la producción» y generan «interferencias comerciales» que alteran el funcionamiento de los mercados. También afloraron quejas por el actual nivel de las retenciones agrícolas.
Rosario es el principal mercado sojero. «Como Bolsa nos inquieta que con diferentes medidas adoptadas se resienten los contratos de futuros, los negocios forward (anticipados) y otras modalidades. En la medida que nuestro mercado pierda volumen, la representatividad y transparencia de sus cotizaciones pueden verse alteradas, afectando a toda la cadena de comercialización y particularmente, a los productores» describió el vice de la entidad, Victor Cabanellas.
Binner, en sintonía con los reclamos empresariales, aseguró que parte de la situación que atraviesa el sector tiene relación con «las erróneas decisiones de un gobierno que no ha entendido lo que significa la agroindustria». «Tenemos la necesidad de recuperar la confianza perdida que nos permita pensar que es posible salir adelante», sostuvo.
El remate representó el comienzo simbólico de la comercialización de la soja de esta campaña. La última vez que se realizó la ceremonia, en abril de 2007 -el año pasado se suspendió por el conflicto entre el campo y el Gobierno-, la cosecha rozaba las 100 millones de toneladas. Para esta temporada, se prevé un volumen inferior a 65 millones de toneladas.
El lote vendido, llegado desde la localidad cordobesa de Ballesteros, se colocó tras una intensa puja. «Estábamos detrás del primer lote de soja para coincidir con nuestro lema de brindar el mejor precio al productor», afirmaron en AFA. Los 3.050 pesos, sin embargo, representan un valor simbólico. Por fuera del acto, la soja cerró ayer a 960 pesos por tonelada. Ya acumula una suba de 20% este año. Una de las causas es el fuerte recorte de la cosecha local por la sequía.
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