Pasaron las elecciones, los discursos políticos bajaron el tono, pero lo cierto es que el ente que debe observar y vigilar la industria yerbatera sigue ausente en los temas que requieren de su atención “el de la distribución del ingreso en la cadena yerbatera”
A menudo el Instituto es noticia por su trabajo en una serie de cuestiones que tienen que ver con cursos, jornadas y otras que si bien no son menores, no son parte de la preocupación central que tiene hoy le sector.
La distribución del ingreso y el pago de los precios oficializados son una cuenta pendiente. Todos saben lo que pasa, menos los directores del INYM, al menos eso es lo que perciben los productores que se llevan a la casa muchas monedas menos de las que corresponden por cada kilogramo de hoja verde o canchada de yerba a mate.
Días pasados, el propio ministro del Agro y la producción y diputado nacional electo Alex Ziegler, no tuvo ningún reparo en decir que “en el INYM tiene que dedicarse, está la ley y le da facultades, le genera tantas atribuciones que tranquilamente se sientan, la desarrollan y la deberían poder llevar adelante, pero a veces por más leyes que uno le ponga, si no hay predisposición y voluntad de los actores de cada uno de los sectores, la cuestión no es simple”.
No es la única voz que se alza en este sentido y en la misma sintonía, desde entidades y organizaciones que incluso tienes sus representantes en el directorio se alzan las críticas por la falta de deisiciòn y también hablan de la voluntad de hacer cumplir con lo que está escrito. La producción yerbatera exige un mayor compromiso, ahora incluso con una excusa menos, sin campaña electorales en el horizonte cercano. Han pasado largos siete años de la creación del INYM, es tiempo de ratificar que la lucha de los productores valió la pena.