El proyecto recientemente presentado baja del 21 al 10,5% la alícuota del IVA “sobre la venta de productos fitosanitarios, semillas y órganos de reproducción vegetal”.
La propuesta es un viejo reclamo de los productores a partir del abultado crédito fiscal que acumulan al pagar un diferencial en el impuesto que resulta el doble entre los granos que producen y venden y los insumos que compran para su producción.
“Nuestros productores se encuentran con una posición de crédito fiscal permanente que nunca se recupera, es decir, se pierde, con lo cual les juega en contra de su rentabilidad. Esta es una distorsión tributaria producida por un diferencial del Impuesto al Valor Agregado entre la compra y la venta”, sostiene Martínez.
Así el riojano apunta a equiparar el nivel del impuesto para que el tributo “no se convierta en una carga imposible de recuperar”. La medida tiene un antecedente importante en la era kirchnerista, como fue la reducción del IVA en el mismo sentido para al compra de fertilizantes químicos implementada mediante una ley del Congreso.
“El en caso de este proyecto se solicita un tratamiento similar, ya que también debemos incentivar la utilización de insumos por los canales legales de comercialización, canales que , bajo la carga actual tributan ese IVA del 21 % que es el que se solicita reducir para evitar las distorsiones”, remarca Martínez.
Pero el diputado presentó al mismo tiempo otra iniciativa que modifica la alícuota del IVA también para mejorar el aspecto productivo, principalmente de las economías regionales.
La segunda propuesta de ley busca reducir el IVA para el consumo de energía eléctrica utilizada para riego agrícola al 10,5%, cuyo nivel actual alcanza un 27%.
La iniciativa se basa en que “en las regiones áridas y semiáridas de la Argentina, para poder practicar la agricultura es condición fundamental y excluyente el uso de la electricidad para implementar el riego de la tierra, se hace imposible con este impuesto lograr este objetivo”.
El diputado sostiene que con la reducción del IVA propuesto también procura “salvar una gran inequidad existente dentro de los mismos regantes, ya que aquellos productores que tienen el servicio de riego por gravitación suministrado por los organismos específicos provinciales o nacionales están exentos del pago del impuesto al valor agregado”.
“En contraposición la energía utilizada por los regantes de aguas subterráneas esta gravada con este impuesto y en una tasa exorbitante de aproximadamente un 40%”, remarca Martínez.