Autoridades de los poderes ejecutivo y legislativo de Neuquén y Río Negro se comprometieron a impulsar una legislación de transparencia comercial, de carácter nacional, para la comercialización frutícola. Bajo el título de “Comercialización de productos perecederos”, pero con la mira puesta en la situación de la comercialización frutícola, especialmente de peras y manzanas, el proyecto es un reconocimiento tácito de las limitaciones que enfrenta la legislación provincial existente en Río Negro, la que establece algunos incentivos de menores impuestos provinciales a quienes realicen contratos de compraventa con precio de referencia.
La resistencia empresaria y los magros incentivos otorgados por esta legislación, junto con la ausencia de obligatoriedad, redujeron progresivamente la firma de contratos entre empacadores y chacareros. Hoy prevalece el viejo y conflictivo sistema de venta en consignación, con sus conocidas consecuencias de abuso de posición dominante en los casos de existencia de deshonestidad de algunas de las partes.
Modelo estadounidense
Tomando como referencia la legislación estadounidense para productos perecederos (Ley PACA),
* Garantizar el cobro de la venta de la producción primaria mediante la creación de un fideicomiso integrado por todos los fondos obtenidos por la segunda venta de la fruta para pagar, en primer término, el valor de dicha fruta a su vendedor primario. El objetivo del fideicomiso es “encapsular” de manera efectiva activos fijos, creando un patrimonio de afectación diferenciado e intangible.
* Establecer un precio “obligatorio” como proporción fija de un valor comprobable. El proyecto propone “el valor referencial de exportación de
* Generar un sistema efectivo de cumplimiento de las normas mediante la creación de una licencia para quienes quieran participar de la compra de frutas a los productores. La licencia se suspendería por 90 días al primer incumplimiento y definitivamente al segundo.
“Sesgado a favor del productor”
Luego de presentado el proyecto en la sede de Federación solamente fue objetado por los funcionarios rionegrinos. El secretario de Fruticultura de Río Negro, Carlos Colavita, sostuvo dificultades para homogeneizar las distintas calidades de frutas y demandó que se considerara “a las dos partes” de la relación comercial. A su cuidadoso juicio, la propuesta “está demasiado sesgada a favor del productor”.
El legislador Fabián Gatti le respondió que se trataba de una situación similar a la legislación laboral, dónde el sesgo a favor de la parte más débil era un requisito indispensable.
Por su parte Héctor Zubeldía, un técnico de al secretaría encargado de reportes semanales, consideró que revocar la licencia comercial al segundo incumplimiento era “excesivo” y que no era así en la legislación estadounidense. Le respondieron los funcionarios neuquinos, quienes señalaron que el rigor era necesario desde un principio para cambiar los comportamientos culturales locales, distintos a los del norte de América.
Ausencias rionegrinas
Del encuentro en la sede de
Fuente: la mañana de Neuquén