La instalación, que luce hoy metros de arena y desechos marinos que arrastró el mar, está paralizada por completo.
Un pequeño grupo de trabajadores realiza labores de remoción de escombros, para luego dar paso a los trabajos de inspección técnica en las máquinas que echan a andar esta usina.
Este escenario de paralización podría prolongarse por unos seis meses, hasta no tener claridad de las dimensiones del impacto del tsunami, como confirmó el subgerente de Asuntos Corporativos de Arauco, Andrés Morán.
El ejecutivo, quien vive frenéticos días en Constitución, cree que mientras no se determine la cuantía de los daños, es difícil pronosticar cuánto tiempo la mayor fábrica de la zona estará paralizada, pero cree que seis meses puede ser un plazo razonable, aunque dependiendo del diagnóstico técnico, este tiempo podría reducirse.
La mayor preocupación está puesta en la caldera, aunque los operarios de turno, a la hora del terremoto, activaron el plan de contingencia, lo que evitó mayores mermas para la compañía.
Pérdidas totales en Mutrún
El terremoto de la semana pasada ha sido un gran desastre para Arauco, de la familia Angelini.
Además de las pérdidas en Constitución, el grupo lamenta mermas en aserraderos y la paralización del complejo Nueva Aldea, en las cercanías de Concepción.
Pero ha sido el aserradero Mutrún, a un costado de Constitución, el más afectado por el tsunami.
Dos horas después del poderoso sismo, tres inmensas olas barrieron con la costa de la zona, reventando, precisamente, en las instalaciones de Mutrún, uno de los complejos que abastecía a la usina de celulosa.
Según Morán, el futuro de Mutrún es incierto, ya que no se sabe qué ocurrirá con su reapertura o si, finalmente, será emplazado en otro sitio.
Sobre Constitución, Morán asegura que seguirá operando.
Tranquilidad a los trabajadores
Dado que la planta podría estar detenida por medio año, el ejecutivo dijo que todo el personal de Constitución mantendrá sus empleos e incluso puede que se requiera más, debido a las labores de reconstrucción.
Por ello, la firma están preocupada por las condiciones en que se encuentran sus trabajadores, para lo cual han realizado entrega de insumos básicos.
Según confiesa Morán, de los 1.450 trabajadores que tiene Arauco, 152 perdieron sus viviendas, por lo que esperan salir en su ayuda, pese al mal escenario en que quedó la empresa.
Fuente: Diario Financiero