Por la falta de agua, en varias provincias se perdieron centenares de miles de cabezas de ganado. La peor sequía que se recuerde en medio siglo en la región (la última registrada en el país fue en la década del 50) obliga a los productores a analizar cómo enfrentarán los próximos meses. El mercado tampoco ayuda. A los cítricos correntinos les cierran las puertas en el mundo por no alcanzar el tamaño necesario, y los precios del ganado, uno de los sectores más devastado por el clima, van en caída libre. En Corrientes, la mortandad de animales se calcula en unas 600 mil cabezas, cifra alarmante, sobre todo en la zona de mayor producción ganadera, el noreste de la provincia. Según indicó el presidente de la Sociedad Rural de Santo Tomé, Luis Arbelaiz, “a las 200 mil cabezas muertas hay que agregarle la imposibilidad de preñez y el mal estado en que queda la hacienda por la falta de agua, lo que incrementa las pérdidas”, explicó en diálogo con radio La Red. “La evaluación de la merma es tal, porque no sólo contabilizamos la vaca que murió, sino también la que ya no tiene posibilidad de preñez por el bajo peso y otras cuestiones. Estos factores aumentan notablemente el perjuicio”, agregó el ruralista.
Agua
Las lluvias que se pronosticaron para esta época del año llegaron de la mano de El Niño, pero dado el acentuado déficit hídrico que tiene la provincia apenas sirven para paliar la situación. De acuerdo con un relevamiento que hizo la Estación Experimental del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) de Mercedes, durante 2008 llovió 490 milímetros menos de lo que llueve anualmente, un 35 por ciento menos del promedio histórico, que ronda los 1.397.8 milímetros. El informe distribuido por el Inta Mercedes fue realizado para tratar de determinar la incidencia de las condiciones climáticas en la producción de pasto, un factor clave para los ganaderos de la zona, que ven diezmadas las haciendas, y están dentro de los sectores más castigados por la escasez de agua.
Las precipitaciones “aliviaron la situación del campo en Santo Tomé y los 150 milímetros -de ayer-permitieron una leve recuperación de los pastos”, dijo Arbelaiz. Sin embargo, en la zona centro-sur de la provincia, Mburucuyá, General Paz, San Miguel y Caá Catí, la falta de agua no da tregua, y la situación de campos con sobrecarga de animales es grave desde el año pasado. “Hay una sobrecarga importante porque se corrió la frontera agrícola y en la zona afectada se colocaron miles de vacas y toros”, agregó.
Caída de precios
Al azote del clima se suma la caída libre del precio de la hacienda desde hace 4 años. “Los insumos se incrementaron el doble y algunos, más” apuntó el productor. Muchas zonas que antes eran ganaderas pasaron a explotaciones agrícolas, por lo tanto bajó la demanda de terneros. Lo que llevó a que, en lugar de venderse a 3,20 pesos el kilo, se lo haga a 2,50 pesos. Los productores de la Sociedad Rural de Mercedes indicaron que una vaca de entre 320 y 330 kilos que se destina a embutidos, se vende a 50 centavos por kilo, “con lo que nos pagan con suerte 140 ó 150 pesos”, explicaron.