La inseguridad que se vive en el campo, con constantes invasiones campesinas y el retroceso del 2% que tuvo el área de cultivo de la soja (de 2.644.856 cayó a
Mejorar metodología
Garay afirma que aun con el descenso de los precios de las fincas agropecuarias, todavía falta concretar una adecuación del impuesto inmobiliario a las proporciones del mercado, lo que propiciará que muchos se despojarán de sus extensiones en un sentido “ociosas” y así aumentará la oferta de tierras, en beneficio de la reforma agraria.
“Además de adecuar el impuesto por las tierras a las proporciones del mercado, también se debe mejorar la metodología de cobro en los municipios, porque muchas comunas no cuentan con la infraestructura mínima ni los recursos humanos para que los cobros sean transparentes”, explicó.
Añadió que una medida tributaria en ese sentido empujará a muchos propietarios a vender sus “ahorros” en tierras, ocasionando un abaratamiento de las tierras.
“Será beneficioso para el Gobierno en dos sentidos, gastará menos en compra de tierras para la reforma agraria y tendrá posibilidad de una mayor inversión social para el desarrollo rural, justamente con el fruto de una recaudación superior.
Dijo que son medidas en apariencia fáciles, pero que requieren valentía y coraje, para equilibrar la distribución de la tierra, “porque los poderosos van a saltar”.
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