Mientras se desarrollaba en Puerto Madero la reunión de la dirigencia empresaria nucleada en torno a la Mesa de Enlace (FAA, SRA, CRA, Coninagro) más la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Asociación Empresaria Argentina (AEA), El Enfiteuta se topó con el presidente de la SRA, Hugo Biolcati en la Comisión de Agricultura.
“¿No fue al almuerzo con los empresarios?” se le preguntó, “No, me pareció más importante venir a la comisión de Agricultura, en respaldo a la reacción por el cierre de las exportaciones de carne”, confió el presidente de la SRA.
En los corrillos de los negocios se esperaba que tras el encuentro de la cúpula de la dirigencia empresaria habría un comunicado que al menos marcara las diferencias con el gobierno que por estas horas, y en forma individual, las distintas asociaciones o sus integrantes ofrecen en declaraciones públicas. No fue así.
Otra versión, más tardía, remarcó que desde el sector industrial se temió por las “represalias” que podría aplicar el gobierno a ese sector si como resultado de la reunión en Puerto Madero se emitía alguna declaración altisonante con posiciones críticas a las políticas oficiales.
Lo que quedó fue una declaración tan lavada que no difiere casi en nada de lo que habitualmente se escucha del propio oficialismo. Se dijo que “la Argentina cuenta con un enorme potencial productivo en el agro, la industria y los servicios”.
A la afirmación se añadió que ante un aumento de la demanda mundial se da “una gran oportunidad para dar un salto en el desarrollo económico y social del país, creando así masivamente empleos que mejoren la calidad de vida y permitan la inclusión social de todos los argentinos”.
También hablaron de construir consensos entre los sectores empresarios, de “fuertes coincidencias existentes” entre las tres asociaciones, de continuar trabajando juntos de cara al desarrollo productivo.
Y “la necesidad de promover en la Argentina un ejercicio permanente e intenso del diálogo entre todos los sectores de la vida nacional, fortaleciendo de este modo la democracia”.
Discurso presidencial
Horas después de la reunión empresarial, la presidenta de la nación, Cristina Fernández de Kirchner asistió a un acto en una fábrica recuperada (la antípoda de las organizaciones empresarias) donde también formuló expectativas promisorias para la Argentina que gobierna.
Si a las palabras de la primera mandataria se le filtran los matices de tribuna, queda un discurso que coincide con el de los empresarios en el potencial productivo, en mayores exportaciones, en profundización de la democracia, expresiones en definitiva que son “políticamente correctas” y a las que nadie puede negarse.
El otro dato que nadie pudo dejar pasar fue que la presidenta se dejó fotografiar junto al cuestionado secretario de Comercio Interior, señalado como el impulsor del cierre “virtual” de las exportaciones de carne. Tal vez, por si alguien tenía dudas acerca del futuro político del funcionario.
La presidenta confió que “siento que la Argentina es también una gran fábrica recuperada, una gran fábrica que en algún momento se cerró; una gran fábrica que supo ser líder en materia de construcción, de ferrocarriles, de aviones, de premios Nobel, de energía nuclear, en materia de marina mercante, en materia de producción”.
“Llegamos a ser el PBI más importante de toda Latinoamérica (…). Y hoy que hemos recuperado y hemos abierto esa fábrica, yo les aseguro, yo les prometo que cueste lo que cueste esa fábrica va a seguir abierta y funcionando, no la van a cerrar más”, aseguró la Jefa de Estado.
Está claro que la presidenta y los empresarios ven un mismo potencial en el aparato productivo del país. Que aunque atravesó algunas turbulencias en 2009, como reconoció la mandataria, se llegó a 2010 con mejores perspectivas de crecimiento.
El dato que para la presidenta refleja lo anterior es el alza en el consumo de energía durante el primer bimestre del año, que subió un 6,8% contra una caída del 1,3% registrada en el primer bimestre de 2009. Por ese indicador “me estoy dando cuenta que estamos saliendo de vuelta, que estamos empezando a crecer”, remarcó.
Para la primera mandataria quienes hicieron posible el tránsito exitoso por la crisis internacional fueron “la cooperación de los sindicatos, que fueron abiertos e inteligentes. También con el esfuerzo de los empresarios, que articulamos con ellos cómo hacíamos para que no despidieran gente”. Una acción colectiva que alude al diálogo entre el sector público y privado.
Ante las discusiones inconducentes de la política y la falta de diálogo de la dirigencia, la presidenta remarcó que despierta desconfianza en la gente. “Y esto es lo que quiero evitar, porque cada vez que en la sociedad argentina algunos creyeron que la política era dañina y era mejor otra cosa, nos fue muy mal a los argentinos”. Es decir hay que fortalecer la democracia.
“Allí en cada lugar que los argentinos crean que necesitamos una Argentina de mayor valor agregado, de producción, de mercado interno, de exportación, allí me van a encontrar, no como jefa sino como soldado, porque yo soy soldado de esta causa”, arengó la presidenta en un mensaje que incluye (al menos desde las palabras) un discurso pro exportador como el de los empresarios.