La realidad de los precios habla por sí misma. Si comparamos, por ejemplo, el valor por kilogramo de algunas frutas frescas como la manzana, el limón, la naranja o frutilla, el incremento puede dispararse entre 100% y 450%.
Así, según los valores de los mercados como el Cooperativo de Godoy Cruz, la manzana por kilo cuesta entre $ 1,25 (verde) y $ 1,40 (red) el kilo; el limón entre $ 1 y $ 1,25; la naranja $ 1,90 y la frutilla $ 13. Mientras que los valores en un hipermercado de Ciudad alcanzan los siguientes valores por kilo: manzana $ 3,39 (red), $ 5,37 (verde) y $ 7,59 (roma); limón $ 3,45, naranja $ 2,79 y frutilla $ 27.
En el caso de las verduras, la brecha entre los súper y mercados de abasto en cuanto a algunos precios puede ser aún más grande.
En los puestos de los mercados podemos encontrar que las hortalizas básicas para cocinar cuestan: papa $ 1,40; cebolla $ 0,60; zanahoria entre $ 0,40 y $ 0,60; tomate $ 0,66 y zapallo $ 0,60 el kilo. Las verduras para ensaladas como la lechuga y las paltas cuestan $ 1,16 y entre $ 4 y $ 8, respectivamente.
En cambio en las grandes superficies los mismos productos cuestan entre 100% y 350% más. Así el kilogramo de papa tiene un costo de $ 2,19; cebolla $ 1,75; zanahoria $ 4,40; tomate $ 3,90; zapallo $ 1,45; lechuga entre $ 4,45 y $ 5; palta $ 11,97.
Esta diferencia de precios tiene muchas causas y también un impacto significativo en las tendencias de precios del mercado, en la responsabilidad fiscal de algunos grandes contribuyentes y en el bolsillo del consumidor, explicaron los especialistas consultados.
«(Los supermercados) marcan con unos precios tremendos», dijo el presidente del Mercado Cooperativo de Godoy Cruz, Omar Carrasco, para quien «de esta manera levantan los precios del mercado y suben sus márgenes de ganancias».
Según Carrasco, quien también es vicepresidente de los Mercados de Abasto de
En líneas generales, de acuerdo a la visión de Carrasco, las grandes superficies tendrían una doble y alta rentabilidad proveniente de la gran remarcación de precios y de la evasión de determinados impuestos y controles laborales de los que logran escapar en los llamados galpones de frutas y verduras.
A esto Carrasco le llamó «competencia desleal, ya que de 200 galpones, 150 no están dentro de la normativa y control que se exige. No pagan impuestos, no les exigen nada (desde el Gobierno), no los controlan. Son verdaderos paraísos fiscales», señaló.
Desde la liga local de consumidores, Susana Yelich, representante de Prodelco, recomendó «usar el poder de decidir dónde y cuándo comprar. Hay que recorrer y buscar precios. No tenemos otra manera de defendernos».
Yelich explicó además que el Estado no realiza fiscalización y control de precios desde 1991, año en que se desregularon los precios.
De acuerdo al informe mensual sobre la inflación local y el costo de vida realizado por
Fuente: Los andesonline