La ausencia de retenciones a la exportación en Brasil y en Uruguay, una política que incentiva la producción y señales claras hacia el agro en esos mercados son algunos de los motivos que llevan a una apuesta cada vez mayor por esos países. Además, las empresas ponen un pie en la región porque apuntan a diversificar el negocio y disminuir los riesgos. El año pasado, sobre las
El Tejar, Los Grobo, MSU y Adecoagro son algunas de las compañías con sede en
«Incrementamos nuestra presencia en Brasil y en Uruguay. En Brasil, casi duplicamos la siembra, con un alza del 80%. En Uruguay, la subimos del 15 al 20%», comentó Oscar Alvarado, presidente de El Tejar. Consultado sobre
En cambio, sostuvo que en
Otro condimento interesante es la renta esperada. «En la campaña 2009/2010, en Brasil y en Uruguay duplicamos o triplicamos la renta sobre el capital invertido. En
Otros casos
Gustavo Grobocopatel, presidente de Los Grobo, también señaló que su empresa tendrá un fuerte aumento en Brasil y en Uruguay. «Crecimos en Brasil un 80%, pero desde superficies menores, de
Por el lado de MSU, manejada por Manuel Santos Uribelarrea (h.), crecerá 90% en Brasil; un 15%, en Uruguay, y un 31%, en Paraguay. Sobre
A todo esto, Adecoagro, un grupo inversor formado en 2002 por ingenieros agrónomos argentinos y entre cuyos accionistas se encuentra el magnate George Soros, prevé un fuerte repunte en Brasil, hoy su principal mercado.
«En Brasil, duplicamos la superficie, por la caña de azúcar», comentó una fuente, que señaló que la estrategia de crecimiento está vinculada con la producción de etanol. De 1,5 millones de toneladas de caña de hace dos años, en 2010 la firma va a producir allí 4,5 millones de toneladas. En Uruguay, va a incrementar la siembra de granos en un 10 por ciento y, en
Entre otras tendencias, algunas empresas que siembran trigo en Uruguay aprovecharán las necesidades de Brasil para colocar parte de su producción en el socio mayor del Mercosur. Es el caso de El Tejar y Los Grobo, esta última firma posee un molino harinero en San Pablo.
Fuente: Fernando Bertello