Esta vez, la patrulla recorrió más de diez kilómetros de senderos y picadas por dentro del Parque, donde detectó que existe actividad de caza dentro de la reserva. En su recorrida, destruyó saleros y campamentos en un afluente del arroyo Coatí y las cebras y sobrados en inmediaciones del arroyo El Verde.
La amplia zona que abarca el Parque Foerster hace que hayan vecinos muy cerca de la reserva, que mantienen vigentes sus prácticas culturales pese a las constantes charlas que ofrecen los guardaparques a los vecinos, con el objeto de evitar estas actividades ilegales y que atentan contra la biodiversidad de Misiones.
Además de los saleros y sobrados que fueron destruidos, el lugar denota la presencia de cazadores, ya sea por los rastros o las picadas que quedan, indicaron los guardaparques.