La ampliación de los incentivos financieros para el sector anunciada por el Banco Central se presenta como un nuevo impulso al crecimiento que vienen mostrando ambas actividades.El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación destaca el rol estratégico de la producción de cerdo y pollo en el país, como cadenas dinamizadoras de las economías regionales.
Desde la cartera agropecuaria nacional, y en articulación con otras áreas del Gobierno Nacional y las Provincias, se viene trabajando para impulsar el desarrollo de ambos sectores en todo el territorio.
En esta dirección, se inscribe la decisión de ampliar la línea de financiamiento para incrementar la producción de carne de cerdo y pollo, dada a conocer esta semana por el Banco Central de la República Argentina (BCRA).
«Es estratégico para el país que podamos poner las herramientas financieras al servicio de la producción y de nuestras economías regionales. De manera que nos permitan continuar aumentando nuestra producción agroindustrial, asegurando el abastecimiento interno y el crecimiento de nuestras exportaciones», expresó el Ministro Luis Basterra.
Por su parte, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce destacó: «la administración de la política monetaria, cambiaria y financiera está destinada a generar las condiciones para que el sector privado pueda concretar inversiones en los sectores productivos. Ampliar la producción de carnes tiene el doble efecto de mejorar la oferta interna y generar divisas, ya sea por la sustitución de importaciones como por la liberación de mayores excedentes cárnicos para la exportación».
El Directorio del BCRA decidió ampliar la línea de «Financiación de proyectos de inversión» con tasa bonificada de 30% a todas las empresas, sin importar su dimensión, que realicen inversiones destinadas a incrementar la capacidad productiva de carnes de pollo y/o cerdo.
«La línea puede ser destinada ahora, sin importar el tamaño de la empresa, a aumentar la oferta de carnes aviar y porcina, consideradas sustitutivas de la carne vacuna. Estos sectores tienen un margen potencial para incrementar su producción y contribuir tanto a la diversificación de la canasta de consumo cárnica como al incremento de las exportaciones netas», se informó desde el banco.
«El desarrollo de ambas cadenas, tiene un impacto dinamizador de nuestras economías regionales, generan trabajo y arraigo. Con esa premisa trabajamos junto a las provincias, y es por ello, que recibimos con entusiasmo medidas como las anunciadas por el Banco Central», agregó Basterra.
Cadenas estratégicas con buenas perspectivas.
«La producción de carnes intensivas, como la de cerdo y pollo, resultan estratégicas para el agregado de valor en territorio, transformando nuestros granos en carnes y el desarrollo federal mediante la generación de empleo privado de calidad», enfatizó el Subsecretario de Ganadería y Producción Animal, José María Romero.
Vale destacar que el consumo de pollo se incrementó durante los últimos 20 años, pasando de 26,6 kg/capita/año (2000) a 41.4 kg/capita/año (2010) y 46 kg/capita/año (2020), como consecuencia del consumo sostenido en el mercado local, que aprovecha el acceso a una proteína de alta calidad con un precio muy accesible.
La misma se ha convertido en un componente fundamental en la canasta de carnes de los argentinos, con un consumo muy cercano al de la carne bovina.
En cuanto al sector porcino, según datos de la Dirección de Porcinos, Aves y Animales de Granja de la cartera agropecuaria nacional, la balanza comercial porcina volvió a ser positiva en el 2020, tanto en volumen como monetariamente. El superávit comercial fue de US$ 4,03 millones, mientras que en el 2019 había dado un déficit comercial de US$ 47,3 millones.
Asimismo, las exportaciones porcinas alcanzaron el año pasado los US$ 62,12 millones, lo que representa un aumento del 74% respecto al 2019. En cambio, las importaciones cayeron un 30% hasta los US$ 58,09 millones.
En volumen, el país exportó 34.704 toneladas peso producto, un aumento del 65% con respecto al 2019, mientras que el volumen de las importaciones fue de 20.142 toneladas (-36%).
«Ambas carnes resultan los ejes centrales para el cambio de nuestra matriz agroproductiva y agroexportadora para un desarrollo federal, inclusivo y con mayores oportunidades», detalló Romero.