“La Argentina hoy está dañada por la inflación, sin embargo, no enfrenta una típica situación en la que los dólares pasan a ser el recurso más escaso, cuando las salidas de divisas se financian con caída de reservas y pérdida de depósitos del sistema financiero”, indicó Vasconcelos.
ANÁLISIS. En un análisis, al que tuvo acceso Noticias Argentinas, el economista señaló que “con los países europeos hambrientos por expandir sus exportaciones, el gran dinamismo de Brasil y el real sobrevaluado le permiten a la manufactura local seguir aumentando exportaciones”.
“Aunque los precios de la soja en el mercado internacional estén estables, hay elementos de riesgo que no pueden ignorarse”, señaló. Por ejemplo, “un eventual agravamiento de la crisis de la Eurozona o el avance de La Niña, (fenómeno climático) que reduce las lluvias en la zona pampeana”.
Además, opinó que en el ámbito interno, tampoco será una solución aplicar restricciones para las operaciones con divisas y las importaciones.
“La solución no pasa por defender en la Aduana un umbral de superávit comercial, sino en aumentar de un modo drástico la significación del sector que produce bienes exportables en el conjunto de la economía”, sostuvo.
“Si se suma la participación en el PIB (producto bruto interno) de agricultura y ganadería, pesca, minería, que incluye petróleo, y sector manufacturero, se tiene que éstos representan el 21,4 por ciento, cuando en 1996 y 1997 se ubicaban tres puntos porcentuales por encima de ese nivel”, dijo.
Probablemente, la pérdida de participación en el PIB de estos sectores se explica por la “falsa contradicción planteada entre mercado interno y externo”.
DESALIENTO. “Así, con retenciones y distintas restricciones se intentó desligar los precios internos de los externos, pero esto desalentó la inversión y la producción en sectores como el agropecuario y energético”, agregó.
Paradójicamente, “las naftas y la carne han reducido en el último tiempo la diferencia de precio con el mercado mundial, pero esto ocurre con escasez de oferta”.
“Es decir, pagamos esos costos pero sin los beneficios de haber incentivado la inversión para que aumentara la producción”, señaló.
¿Cómo expandir los sectores que producen bienes exportables?, se preguntó para señalar que la dificultad pasa por “poner en acción y encauzar recursos y capacidades que están ocultos, dispersos o mal utilizados”.
La Argentina cuenta con decenas de clusters productivos muy competitivos y valiosos tanto en dimensión regional como sectorial.
“Algunos con eje en la industria, otros en el aprovechamiento de recursos naturales, desde agro a la minería y también hay fuertes núcleos basados en servicios, desde el cine a la biotecnología”, sintetizó.
Añadió que podría garantizarse “crecimiento dinámico por varios años consecutivos si se proveyera a esos clusters del contexto macroeconómico adecuado y si se quitaran trabas y presión tributaria”.
Indicó que sobran ejemplos de “eslabones” que pueden agregarse rápidamente a la cadena.
El campo podría aportar 6.500 millones más en granos y 4.200 millones más en carnes si reprodujera la trayectoria de Brasil de los últimos 10 años.