La progresiva eliminación de los mecanismos públicos de regulación del mercado tras la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) de 2003 ha favorecido, según apuntan desde COAG, una volatilidad en los precios sin precedentes. «La liberalización del mercado ha abierto las puertas a la especulación con materias primas agrícolas», asegura Andoni García, responsable de política de rentas y costes de la coordinadora. A su juicio, los gobiernos están prescindiendo de su capacidad política en lo que se refiere a la soberanía alimentaria y la están cediendo en favor de los mercados, situación que aprovechan los especuladores para subir los precios.
Un año para olvidar. Ese es el mejor resumen que agricultores y ganaderos hacen de 2009. Aseguran que el campo vive la mayor crisis de los últimos veinte años, con unos precios en origen hundidos y unos costes de producción cada vez elevados.
Los responsables de las organizaciones agrarias cargan las tintas contra las concesiones a terceros países, en especial el último acuerdo agrícola firmado entre la UE y Marruecos, y con la dura política de fijación de precios que marca la gran distribución.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) asegura que los productores han financiado la engañosa «guerra de precios» de las grandes cadenas que han trasladado al sector primario las rebajas del consumidor para mantener sus costes comerciales. Los datos del Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos, que elabora esta organización constatan que los diferenciales de precios entre el campo y la mesa están por encima del 450%.
Ningún sector se salva
El presidente de Asaja, Pedro Barato, afirma que no se salva ni un solo sector, tanto agrícola como ganadero. La situación es tal que todo el campo realizó un histórico paro el pasado 20 de noviembre y una manifestación sin precedentes un día después.
De momento, han logrado que les reciba el presidente del Gobierno, algo que no había ocurrido desde el comienzo de la Democracia. Las soluciones pasan por un plan integral de choque para dinamizar un sector muy castigado.
Un claro indicador del sombrío panorama que vive el campo español es que la renta agraria retrocede año tras año. Según los datos publicados por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino la renta agraria real se situó en en 2009 en 11.427 millones de euros, un 5,3% menos que en 2008 y un 26,3% desde 2003. Se trata del segundo peor dato de los últimos 20 años, sólo superado por los 10.845 millones de euros de 1992. La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) ha hecho su propia estimación. Tras analizar los datos de producción, consumo, amortizaciones y subvenciones sitúa el descenso de la renta agraria en torno a un 10% este año.
Entre los sectores más castigados de este «annus horribilis» destaca el sector de frutas y hortalizas, que representa un 40% de la exportación agroalimentaria española. Las exportaciones respecto a 2008 cayeron un 4% en valor, hasta los 7.600 millones de euros y un 3% en volumen, totalizando 9,1 millones de toneladas.
Acuerdo letal con Marruecos
Para Fepex los datos reflejan «la pérdida de competitividad que están sufriendo las exportaciones en los últimos años», no sólo con la UE, sino también con terceros países.
Esta situación se va a agravar mucho más a raíz del acuerdo de Asociación agrícola firmado con Marruecos, por el que se permite al país magrebí exportar productos hortofrutícolas sin restricción alguna, salvo seis productos sensibles como tomate, calabacín, pepino, ajo, clementina y fresa. Sólo en el caso del tomate, nuestro vecino del sur pasará de exportar un contingente de 185.000 toneladas a 257.000 en 2013, lo que supone un 39% más. Si a esto le sumamos que Marruecos ha incumplido sistemáticamente sus cupos de exportación, la situación que se les presenta a los tomateros españoles y del resto de europa es muy preocupante.
En cítricos los bajos precios han provocado que la actual campaña comience con un 20% menos de producción en naranjas y clementinas.
Pérdidas en olivar y vino
En olivar, las pérdidas por la caída de precios han sido de 195 millones durante la pasada campaña sólo en Andalucía, lo que representa una bajada del 22%.
En vino, se calcula que el 50% de los viticultores han tenido pérdidas. La reforma de la OCM no ha resuelto la caída del consumo, las exportaciones ni ha rebajado los excedentes.
El sector cerealista ha sufrido una de las peores campañas de los últimos años, con una descenso de entre el 30 y el 40% en relación a 2008, con precios inferiores a los de hace dos años —cuando se produjo el «boom» alcista de las materias primas— y una menor demanda de la cabaña ganadera que ha disminuido sensiblemente.
La reducción del 50% de la cuota nacional de remolacha ha permitido alcanzar cierta estabilidad. En patata se ha llegado a tocar fondo, con una cotización de 5 céntimos por kilo, muy alejado del umbral de rentabilidad.
En algodón tras varios años de descenso, la superficie aumentó en un 11%, lo que provocó penalizaciones en la ayuda acoplada al superarse las 48.000 hectáreas.
Baja el consumo de carne
Por lo que respecta a la ganadería, el sector de cebo en vacuno de carne ya pasó su calvario en 2008 con unos precios de los cereales desorbitados. Con todo y pese a no ser comparable con lo vivido hace doce meses, la producción bajará un 15% este año, según indica Javier López, director gerente de Asoprovac. En cuanto a la vaca nodriza la situación es complicada ya que la poca lluvia caída en verano y otoño ha obligado al ganadero a suplementar a los animales. La consecuencia de la crisis es que ha bajado el consumo especialmente en piezas de calidad y se ha sustituido por carnes de menor valor.
En vacuno de leche, pese a las ayudas extras percibidas por Bruselas, los precios han caído en torno a un 40% en los dos últimos años. El acuerdo logrado entre productores, cooperativas, industria y la distribución, en forma de contrato-tipo puede suponer un balón de oxígeno para un sector muy maltrecho.
Los precios del porcino siguen muy bajos y los costes de producción no han caído lo suficiente como para recuperar mínimos de rentabilidad. Tampoco se ha atajado la situación de 2008, en la que los mataderos no respetaron los precios de las lonjas.
Respecto al cerdo ibérico, los altos excedentes en cebo están hundiendo un sector que ha visto como sus ventas han caído entre un 30 y un 40%, según la Asociación de Productores de Cerdo Ibérico (Acediber).
En ovino y caprino la cabaña ganadera sigue descendiendo, debido en parte a la caída del consumo, así como por las importaciones procedentes de terceros países a precios más competitivos.
En aves, a partir del segundo trimestre las cotizaciones han ido cayendo, y en huevos el sector está inmerso en el proceso de adaptación a la directiva de bienestar animal, lo que implica fuertes inversiones en las granjas.
Fuente ABC.es