En el marco de las Jornadas de Transferencia Tecnológica “Plantaciones forestales y ambiente”, organizadas por Bosques del Plata SA , el doctor Mauro Schumacher, de
Al concluir la presentación, en la cual uno de los ejes centrales fue la relación entre la presencia de agua en los suelos antes de una plantación y el efecto posterior luego de una forestación con especies de rápido crecimiento -principalmente pinos y eucaliptos, Argentina Forestal.com dialogó en exclusiva con el especialista.
Entre los principales temas se le consultó respecto a que es frecuente escuchar que las plantaciones de bosques de rápido crecimiento, especialmente de pinos y eucaliptos, producen el empobrecimiento de los suelos, y que secan el agua de las napas y arroyos… ¿mito o realidad?
Al respecto, el doctor Schumacher fue contundente: “los estudios que diversos investigadores realizaron en el sur de Brasil, como así también en Europa, son unánimes en decir que la forestación no sólo enriquece el suelo en el aspecto nutricional, sino además en lo biológico, conservación de humedad del suelo, disminución de la evapotranspiración, la propia biodiversidad como la fauna del suelo, además de roedores, todos son transformadores de materia orgánica y esto ocurre con la permanencia de los residuos luego de la tala rasa”.
“Entonces, es muy importante que las empresas se adapten y originen alternativas para trabajar estos residuos y no los quemen ni hagan una remoción de los mismos”, sostuvo el experto brasileño.
¿Cuáles deben ser los principales factores a tener en cuenta para lograr una plantación que permita sostener en forma permanente la productividad del sitio?
En estos últimos 20 años de investigación que estamos desarrollando en el sur de Brasil, principalmente nuestros datos evidencian que todo el impacto ambiental de la corriente de la silvicultura puede ser amenizado a partir de las buenas prácticas forestales, como ser el manejo de residuos y el dejar los desechos de la cosecha forestal en el suelo para que se incorporen al mismo los nutrientes.
Es muy importante que no se realice la quema de los residuos forestales, ni que sean llevados para su utilización en la producción de energía.
Otra alternativa es, por ejemplo, la incorporación de otras prácticas como la de plantíos mixtos de especies como leguminosas.
También es fundamental no realizar cosecha de plantaciones jóvenes. En la actualidad hay productores o empresas que hacen tala rasa de eucaliptos ya entre los siete y ocho años de edad. Sin embargo, nuestros estudios revelan que la mejor edad para cosechar minimizando impactos es entre los 12 y 15 años.
Ahora bien, todo esto va a depender de las diferencias locales del sector forestal, se debe procurar conocer la dinámica, el crecimiento, las condiciones climáticas y la composición nutricional del suelo como así también el agua, y el resto de las actividades que predominan en la zona.
Por ejemplo, si estamos en Posadas, la pregunta es ¿cuántas hectáreas de eucaliptos y en qué área podemos plantar? Porque para esto debemos tener en cuenta el uso del agua. La disminución del agua está ligada directamente al número de árboles por hectárea, la especie, la arquitectura de copa de estas plantas, etcétera. Todas esas informaciones deben ser consideradas, y más el consumo de agua para la agricultura, la actividad pecuaria y para el abastecimiento a las ciudades, y ahí sí establecemos un balance que va a decir en qué áreas de Posadas no se podrá plantar tal o cual especie, y en otras zonas sí, pero en determinada densidad.
Ahora bien, los cultivos de pino y eucalipto también permiten aprovechar suelos que ya están degradados por otras actividades; en estos casos, ¿esa forestación crea un impacto positivo al permitir una mayor absorción del agua en el suelo y mantener la humedad?
Con certeza, es un efecto más que positivo. Lo que se debe comprender es cómo funciona el ciclo forestal.
Al momento de hacer una plantación forestal se disminuye momentáneamente la producción de agua en la superficie, pero por otro lado, y esto es fundamental para cuando ocupamos un suelo compactado, que sufrió un proceso de erosión o bien suelos degradados por otras prácticas agrícolas, la plantación permite la interceptación de la lluvia, que el agua se escurra por los troncos de los árboles, y se infiltre en el suelo, y puede inclusive que almacene más agua.
Fuente: Argentina Forestal