En Eldorado, la Facultad de Ciencias Forestales de la UNaM tiene más de siete laboratorios que se dedican a investigar sobre distintas problemáticas del monte misionero y del sector productivo de la provincia.
Entre los
espacios de producción de conocimiento se encuentra el laboratorio de
análisis de calidad de semillas, dirigido por Beatriz Eibl. Está
habilitado por el Instituto Nacional de Semillas y funciona dentro de la red de
laboratorios de Argentina y Mercosur, lo que le permite emitir certificados de
calidad física y fisiológica de las semillas que provienen del sector
productivo.
Los integrantes del equipo del laboratorio dictan cursos de capacitación a
productores, sobre producción de plantas, manejo de semillas, momentos óptimos
de cosecha, acondicionamiento de semillas y las posibilidades de prepararlas
para su posterior almacenamiento.
“Estamos trabajando con la biodiversidad genética, el fin mas inmediato es la
restauración, el uso de especies nativas para la restauración. También con el
INYM, en la viabilidad, germinación y producción de plantas en vivero. Llegan
profesores de las escuelas, colegas, empresas siempre buscando la semilla. Lo
que pretendemos con la capacitación es que la gente tenga autonomía en
conseguir su propio material. Consultan mucho para el registro de arboles
semilleros y de áreas, momentos de cosecha, dónde pueden conseguir semillas,
cómo viverizar el material, cómo hago para que la semilla que tengo germine y
en qué ambiente llevo la planta que logré en mi vivero para que prospere”,
explicó la responsable del Laboratorio.
Tecnología de la
madera
En el laboratorio de tecnología de la madera, generalmente, los proyectos
de investigación tienen relación con la transformación mecánica de la
madera. “El laboratorio tiene un fuerte vínculo con las empresas. Una es
una relación del punto de vista de investigación y otro del punto de vista de
los servicios que nos solicitan”, explica Obdulio Pereyra, docente e
investigador de la FCF.
Aquí se hacen los ensayos físicos y mecánicos de la madera, que definen algunos
valores para la construcción como la resistencia y elasticidad del producto.
Asimismo, realizan evaluación de las vigas laminadas encoladas estructurales y
se desarrolla un proyecto sobre el estudio general de lo que es la madera
compensada en vínculo con empresas de la zona. Además, se lleva adelante un
proyecto sobre el estudio del bambú como un producto interesante que se puede
incorporar en la construcción.
En vínculo con el IMAM, el laboratorio presentó un proyecto en la búsqueda de
un adhesivo alternativo natural y la producción de un material que vincule el
aserrín con el cemento para la construcción.
Además están trabajando en el armado de una xiloteca o museo de la madera con
San Pedro, en conjunto con la Tecnicatura Universitaria de Guardaparque.
Proteger la
producción
Desde el Laboratorio de Protección Vegetal se realizan diagnósticos
de plagas y enfermedades en el sector forestal. Además, el equipo busca
estrategias para el manejo de distintos problemas que se presentan en otros
cultivos de la región como la yerba mate, el tabaco, la citricultura y la
stevia.
“En la producción de la yerba estamos empezando a trabajar con bastante ímpetu
porque hay una demanda fuerte del sector con varios problemas, sobre todo en la
zona norte. Con el mal de la tela causado por un hongo que ha sido motivo de
varias protestas por parte del sector productivo para que se consigan fondos y
que se pueda buscar alguna alternativa para solucionar el problema, sobre todo
la zona de Andresito es bastante problemática”, describe Juan Pedro
Agostini, investigador y encargado del laboratorio junto a Delia Dummel.
En este tema, trabajan en forma conjunta con el INYM, INTA, otras facultades de
la UNaM e instituciones, con el fin de encontrar una estrategia de manejo para
disminuir la plaga.
Por otro lado, en 2017, el equipo logró obtener dinero para la construcción de
un nuevo espacio con equipamiento de última tecnología. “La universidad
tiene que ser puntal para preparar profesionales para el futuro, y estamos en
condiciones de generar ese salto cualitativo en la formación de recurso humano”,
señala Agostini.
Cuidar los
bosques
En la cátedra de ecología de la FCF estudian el monte nativo, en
especial los bosques secundarios. La docente e investigadora Lidia López
Cristóbal explica que “los bosques secundarios se forman una vez que
el bosque primario se cortó y se usó para algo y después se abandonó el lugar,
queda la superficie de tierra y empieza a crecer como una cicatrización. Se
trata de otro bosque que pasados los años comienza a ser parecido al bosque
primario. Suponemos que hay más de 800 mil hectáreas de bosques secundarios
distribuidos en la provincia”.
El equipo estudia junto a la cátedra de silvicultura en la Reserva Guaraní de
la UNaM, donde realizan evaluaciones sobre el proceso de crecimiento de estos
bosques. “Los sistemas de producción de bosques implantados pueden
convivir con sistema de bosques nativos que además de producir, protejan el
ambiente, son lugares donde hay más flora y como consecuencia hay más fauna,
los arroyos se mantienen más, hay más biodiversidad, todas esas funciones
ecológicas están mantenidas en estos bosques secundarios que estudiamos”,
detalla la docente.
En este sentido, López Cristóbal considera que “la universidad pública
cumple esta función que no la cumplirá ninguna otra institución, sobre todo en
la protección del suelo, del agua y del clima de nuestra provincia que es un
bien que nos compete a todos. Si la universidad, teniendo los conocimientos y
los profesionales, no hace este tipo de estudios es muy difícil que otras
instituciones privadas lo hagan”.
Nota publicada en el Nº4 del NEXO UNIVERSITARIO, versión impresa – Una publicación del área de prensa y comunicación de la Secretaría General de Extensión – UNaM. Junio – julio 2019.