Los países en desarrollo mejorarán su posición en los mercados con importantes beneficios económicos. América Latina, especialmente Brasil, sigue siendo un importante centro de crecimiento de la producción agrícola.
La producción agrícola mundial crecerá un 1,5 por ciento al año de promedio durante la próxima década, en comparación con un crecimiento anual del 2,1 por ciento entre 2003 y 2012, según las previsiones de un nuevo informe dado a conocer hoy por la OCDE y la FAO.
Una reducida expansión de las tierras agrícolas, el alza de los costes de producción, la creciente escasez de recursos y el aumento de las presiones ambientales son los principales factores detrás de esta tendencia. Sin embargo, el informe sostiene que la oferta de productos básicos agrícolas crecerá al ritmo de la demanda mundial.
“América Latina, especialmente Brasil, sigue siendo un importante centro de crecimiento de la producción agrícola y se espera que, junto con Europa del este, sea un proveedores importantes de los mercados agrícolas en la próxima década”, señaló Mario Mengarelli, , Oficial del Programa de Campo de la FAO en la región.
El informe Perspectivas Agrícolas OCDE-FAO 2013-2022 prevé que los precios se mantengan por encima de la media histórica a medio plazo, tanto para los productos agrícolas como los ganaderos, debido a la combinación de aumento más lento de la producción y mayor demanda, incluyendo de biocombustibles.
Según los expertos, la agricultura se ha convertido en un sector cada vez más orientado hacia el mercado, en contraposición a la orientación política que tuvo en el pasado, ofreciendo así a los países en desarrollo importantes oportunidades de inversión y de beneficios económicos, dada su creciente demanda de alimentos, el potencial de expansión de la producción y las ventajas comparativas en muchos mercados mundiales.
Sin embargo, los déficit de producción, la volatilidad de los precios y las perturbaciones en el comercio siguen siendo una amenaza para la seguridad alimentaria mundial. El análisis de la OCDE/FAO advierte: "mientras las existencias de alimentos en los principales países productores y consumidores sigan siendo bajas, el riesgo de volatilidad de los precios es elevado. Una sequía generalizada -como sucedió en 2012-, unida a las bajas reservas de alimentos, podría empujar los precios mundiales del 15 al 40 por ciento".
China, con una quinta parte de la población mundial, un alto crecimiento de ingresos y una rápida expansión de su sector agroalimentario, tendrá una gran influencia en los mercados mundiales, y es el país en que se centra de forma especial el informe. Se prevé que China mantendrá la autosuficiencia en los principales cultivos alimentarios, aunque se calcula que la producción se ralentice en la próxima década debido a las limitaciones de tierra, agua y mano de obra rural
Al presentar el informe conjunto Perspectivas Agrícolas en Beijing, el Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría, aseguró que "las perspectivas de la agricultura mundial son relativamente brillantes, con una fuerte demanda, el comercio en expansión y precios elevados. Pero este panorama presupone que continúa la recuperación económica. Si no somos capaces de enderezar la economía mundial, la inversión y el crecimiento agrícola sufrirán y la seguridad alimentaria puede verse comprometida”.
"Los gobiernos deben crear un entorno propicio adecuado para el crecimiento y el comercio", añadió Gurría. "Las reformas agrícolas han desempeñado un papel clave en el notable progreso de China en el aumento de la producción y la mejora de la seguridad alimentaria nacional".
El Director General de la FAO, José Graziano da Silva, aseguró por su parte que "los elevados precios de los alimentos son un incentivo para incrementar la producción y tenemos que hacer lo posible para asegurar que los agricultores pobres se benefician de ellos. No olvidemos que el 70 por ciento de las personas que sufren inseguridad alimentaria en el mundo viven en áreas rurales de los países en desarrollo y que muchas de ellas son a su vez agricultores a pequeña escala y de subsistencia".
"La producción agrícola china ha supuesto un enorme éxito. Desde 1978, el volumen de la producción agrícola se ha casi quintuplicado y el país ha realizado progresos significativos para la seguridad alimentaria. China está en camino de lograr el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio sobre la reducción del hambre”, según Graziano da Silva.
“Al tiempo que la producción ha aumentado y la seguridad alimentaria en China ha mejorado –añadió-, la cuestión de los recursos y del medio ambiente necesita más atención. El crecimiento de la producción pecuaria también puede enfrentarse a diversos desafíos. Nos satisface trabajar junto a China para encontrar soluciones viables y duraderas”.
Los países en desarrollo mejoran su posición
Impulsado por el crecimiento demográfico, mayores ingresos, la urbanización y los cambios en las dietas, el consumo de los principales productos agrícolas aumentará más rápidamente en Europa Oriental y Asia Central, seguidos de Latinoamérica y otros países asiáticos.
El porcentaje de la producción mundial de los países en desarrollo seguirá aumentando, ya que la inversión en sus sectores agrícolas reduce la brecha de productividad con los países más avanzados. Se espera que los países en desarrollo, por ejemplo, abarquen el 80 por ciento del crecimiento de la producción mundial de carne y se queden con la mayor parte del crecimiento del comercio en los próximos 10 años. Suyas serán la mayor parte de las exportaciones mundiales de cereales secundarios, arroz, semillas oleaginosas, aceites vegetales, azúcar, carne de vacuno, pollo y pescado en 2022.
Para obtener una parte de estos beneficios económicos, los gobiernos tendrán que invertir en sus sectores agrícolas para fomentar la innovación, aumentar la productividad y mejorar la integración en las cadenas globales de valor, según destacaron la FAO y la OCDE.
Las políticas agrícolas deben abordar la volatilidad inherente a los mercados de productos básicos con herramientas mejoradas para la gestión de riesgos, garantizando el uso sostenible de los recursos de tierras y agua, y reduciendo la pérdida y el desperdicio de alimentos.
Perspectivas para China
Se espera que el crecimiento del consumo de China supere el aumento de la producción en cerca del 0,3% anual, lo que indica una mayor apertura –aunque modesta- del sector agrícola chino, según el informe. Este prevé también que las importaciones de semillas oleaginosas en China aumentará un 40% en los próximos diez años, alcanzando el 59% del comercio mundial.
Tanto el sector cárnico como el lácteo seguirán su expansión, lo que se traducirá en mayores importaciones de cereales forrajeros. Se espera que China se convierta en el principal consumidor mundial de carne de cerdo per cápita, superando a la Unión Europea en 2022. China mantendrá su papel de país líder en acuicultura, con un 63% de la producción mundial y de mayor exportador de pescado en el mundo.
China seguirá siendo autosuficiente en los principales cultivos alimentarios, aunque se prevé que el crecimiento de la producción se desacelere en la próxima década. Hay que vigilar y hacer frente a las principales incertidumbres del panorama agrícola chino, señala el informe. Aquí se incluyen la sostenibilidad del elevado nivel de crecimiento económico, las cada vez mayores limitaciones de los recursos en la producción, degradación del suelo y el agotamiento del agua, y las cada vez mayores variaciones de la producción debido al cambio climático.
Según los cálculos de la FAO, la seguridad alimentaria en China ha mejorado, con un descenso de 100 millones en el número de personas subnutridas desde 1990, a pesar de un aumento de la población de 200 millones desde esa fecha. El informe indica que sigue siendo un reto importante garantizar la seguridad alimentaria de los 158 millones de personas que aún sufren desnutrición en el país asiático.