Mientras la “reconversión productiva” del norte santafesino sigue siendo una consigna, el bioetanol aparece como la llave maestra para poder concretar de una vez por todas el objetivo de darle mayor solidez a la economía del noreste santafesino.
La clave es el sorgo y sus variantes: granífero y silero azucarado. El objetivo: poner en funcionamiento la alcoholera de Inaza para disminuir el tiempo ocioso del ingenio, que apenas trabaja 3 meses al año para completar la zafra cañera. Y también aprovechar los subproductos del procesamiento del cereal para el engorde de ganado vacuno, porcino y aviar.
La inciativa, que lleva por nombre “Proyecto sucro alcoholero para el norte santafesino”, fue desarrollada por la industria con apoyo del INTA y plantea tomarse del impulso que promete la ley de biocombustibles para proponer un esquema multiplicador: ampliar el área con caña, incorporar el sorgo a la matriz productiva y aumentar la producción de carne en la zona. Todo ello como derivación de la meta planteada de elaborar 9 millones de litros de bioetanol el año próximo, que crecerían a 15 millones en 2015. Por añadidura, también se proyecta un crecimiento del empleo directo en el ingenio, más el incremento de la ventas de insumos para el agro y del transporte de la zona, que tendría un importante aumento de la cantidad de fletes. Incluso existe la posibilidad de generar suficiente gas metano para abastecer a todo Villa Ocampo.
Productores en la base
El primer puntal del proyecto son los productores, quienes tendrán la responsabilidad de proveer a la industria con 37.000 toneladas de granos de sorgo, 127.000 toneladas de sorgo silero azucarado y 296.000 toneladas de caña de azúcar. La meta implica una considerable expansión del área agrícola, ya que se necesitarán sembrar
Actualmente, Inaza trabaja en la zafra azucarera apenas 3 meses al año, ya que ese es el tiempo que le insume procesar la escasa caña de la región (en 1975 molió 532.000 toneladas entre mayo y noviembre). Con el proyecto en marcha, el ingenio arrancaría en marzo, con la entrada de unas 1.500 toneladas de sorgo azucarado al día, y -empalmando luego con la zafra- podría extenderse hasta octubre. El primer impacto sería la generación directa de 50 empleos permanentes en la acoholera y 30 más en el ingenio. “Pero sabemos que por cada puesto directo se generan 4 más en forma indirecta entre los proveedores de insumos y el transporte”, estimó el ingeniero Federico Pérez Zamora, asesor técnico de la empresa.
Nada se pierde
El proceso implica una interacción de ambas estructuras (ingenio y destilería) de modo tal de aprovechar al máximo los recursos. Mientras el sorgo azucarado genera su propio combustible con el residuo del tallo, en época de zafra el vapor sobrante del bagazo de caña en el ingenio se destinaría a hacer funcionar la alcoholera. Por lo demás, la destilería se abastecería de lunes a viernes con grano de sorgo y los fines de semana con la melaza acumulada en el ingenio.
De los residuos también se obtendrá riqueza. Por un lado, de la molienda del grano de sorgo se obtiene la burlanda, una especie de afrechillo con alto contenido proteico (
Política y financiación
La destilería del ex ingenio Arno es un verdadero tesoro. No sólo porque está prácticamente nueva. Además es la única doble propósito en el país, capaz de producir
Otro dato prometedor es que el alcohol producido (anhidro) ya saldría de la planta en condiciones de utilizarse como bioetanol, por lo que Inaza podría convertirse rápidamente en proveedora de las petroleras, que a partir de 2010 deberán cortar obligatoriamente sus hidrocarburos con un 5% de biocombustible (etanol en las naftas y biodiesel en el gasoil). El objetivo de los empresarios es ir escalando de 9 millones de litros el año próximo a 10 millones en 2012 y a 15 millones en 2015. El valor actual del bioetanol publicado por
Una partida única
Los números son prometedores y podrían generar condiciones óptimas para integrar a los productores de la región, sobre todo a los pequeños y medianos. El sorgo azucarado se pagaría, en principio, mediante el mismo régimen de maquila de la caña: o sea que el 55% del rendimiento en bioetanol sería para el productor y el resto para la destilería. En el caso del grano de sorgo, “el objetivo es ser formadores de precio”, indicaron desde la firma ocampense, y para ello proponen pagarle a los agricultores el precio lleno de pizarra Rosario.
Actualmente, a los productores de la zona, agrícolas y ganaderos, no les cierra el número para hacer sorgo porque sufren un descuento de $80 a 90 por tonelada en concepto de flete hasta Rosario. A precio lleno sería otro cantar, con el beneficio de poder incorporar una gramínea al esquema de rotación, ya que con la disminución de las lluvias se tornó inviable el cultivo de maíz. El sorgo, originario de Africa, tiene probadas condiciones de tolerancia a sequía y por eso los últimos híbridos rindieron en la zona 10.000 kilos por hectárea. De hecho, las variedades azucaradas que se presentaron el 29 de abril (ver “Presentación…”) sólo recibieron
Mientras la sequía se hace costumbre en el norte y el sistema de la caña de azúcar sufre sus consecuencias, los industriales locales hacen su mejor jugada y muestran todas sus cartas. Por ahora los productores miran la partida desde afuera y esperan ver qué mano juega la política. Si en la mesa aparecen el financiamiento y los canales de riego, sin dudas el bioetanol en el norte santafesino será un juego único, en el que todos van a salir ganando.
Fuente: El litoral.com