La actual escasez de hacienda vacuna, largamente anunciada los últimos años a raíz de la descomunal matanza de animales jóvenes y hembras en edad reproductiva que se estaba dando, no sólo complica a los argentinos por el fuerte aumento de precio que tuvo la carne: para los frigoríficos: el precio de la hacienda vacuna ya es el más caro de la región y, en algunas categorías, como el novillo, emparda el de Estados Unidos.
Mientras pelean por la escasísima hacienda y esta competencia infla sus precios, los diez mayores frigoríficos del país, todos exportadores, tienen una parte importante de su estructura inmovilizada, y, en promedio, están utilizando alrededor de un 60% de su capacidad instalada, estiman operadores del sector. En ese promedio, dicen, las empresas que en algún momento de la historia aprovecharon el antiguo infortunio de los productores la están pasando peor, ahora que estos pueden tomarse la revancha, y ahora andan trabajando a una quinta parte de su capacidad.
En el sector aseguran que el kilo de novillo en gancho hoy se paga en la Argentina $ 11, lo que equivale a u$s 2,90 (sin calcular las retenciones del 15% que paga la carne argentina). Esto lo sitúa a la par de un animal equivalente en Estados Unidos, que cotiza u$s 3,00, y cómodamente por encima de los mercados de la región. En Brasil, el novillo cotiza u$s 2,60; en Paraguay, u$s 2,50, y en Uruguay, 2,40, de acuerdo con datos de la reconocida publicación uruguaya FaxCarne y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
Regreso sin gloria
Si históricamente la hacienda argentina debió haber sido muchas veces más cara que la de los países vecinos, que lo sea hoy es todo un acontecimiento. Desde el último lustro, cuando comenzaron las intervenciones oficiales en el mercado de la carne (controles de precios internos, vedas a las exportaciones), los valores de los animales comenzaron a rezagarse, al punto que los ganaderos iniciaron la liquidación de animales livianos y hembras productivas, es decir, de su capital. En el último año y medio, esto se vio agravado por la sequía, que dejó los campos sin pastos, e incluso, en muchos casos, como en el norte de Santa Fe, sin ningún vertedero ni napa cerca.
“El precio del ganado en la Argentina , que desde 2005 estaba alejado de los vaivenes de la región y los precios internacionales, recuperó mucho terreno muy rápido”, opinó el analista Rafael Tardáguila, editor de FaxCarne.
Los novillos, que en 2005 conformaban un tercio de la faena anual de la Argentina , con 4 millones de cabezas, cayeron en 2008 a un 22% del total, con unos 3 millones. En 2009 se abolieron los datos oficiales, pero analistas privados creen que la participación de esta categoría cayó un par de puntos más.
Cambio de tendencia
Hoy, al revés que durante la sequía, como las lluvias generaron buenas pasturas, los que pueden retienen sus animales en los campos, para ganar kilos. Ello refuerza el faltante ya provocado por el menor número de animales en stock.