Pese a las críticas por la ausencia de los líderes de los países más industrializados, en particular del G8 –solo asistió el huésped Silvio Berlusconi–, a la reunión de tres días convocada por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los representantes de América Latina aprovecharon para ilustrar los logros y denunciar las «distorsiones» en el comercio agrícola, «los subsidios» y el proteccionismo.
Todos esos asuntos que los países en vías de desarrollo denuncian desde hace más de 20 años regularmente ante el organismo de Naciones Unidas especializado y frente a los cuales se han tomado tibias medidas.
«Hemos visto en estos años, con mucho dolor, como las políticas agrícolas internacionales basadas en la liberalización sin control de la agricultura han convertido a países en desarrollo de exportadores a importadores de alimentos», denunció el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, en su discurso ante la plenaria de la FAO.
Lugo, entre los pocos mandatarios que intervino el martes ya que los presidentes de Brasil y Chile hablaron el lunes, llamó a la comunidad internacional a «actuar» porque «en estos dos años hemos retrocedido diez años en la lucha contra este flagelo del hambre, la desnutrición y la muerte».
El ex obispo paraguayo se refería al aumento del número de personas que padecen hambre en el mundo y que supera los 1.000 millones debido a la crisis económica.
Fuente: AFP-Clarin-Europapress