El acuerdo dispone que los exportadores se comprometerán a garantizar el abastecimiento de granos en el mercado interno, hasta la misma cantidad que hubieran exportado, con el poder de fijar precios.
«Esa es la única oferta que se les hará en los días posteriores al paro», comentó a
«No se quiso ofrecer antes para que no nos acusaran de buscar romper el paro. Pero la semana que viene habrá novedades y algunos llamados», señaló un funcionario del área.
La voluntad política de
Menos aún se prevé en Olivos rebajar los derechos de exportación en trigo y en soja, como pide el campo. Tampoco los ministros, ni el de Economía, Amado Boudou, ni la de
La Comisión de Enlace de entidades agropecuarias, en estas condiciones, no vislumbra la salida al conflicto. «Ese convenio es un abuso de los exportadores», aseguró a
Pese a que en público se lamentó por la imposibilidad de que el campo sintonice con las políticas oficiales, Kirchner observó el paro con cierto optimismo. En la disputa política, el líder de Olivos presiente que la medida de fuerza desgasta más a los productores que al Gobierno.
Incluso, para no darle entidad, ordenó que ningún funcionario denostara al sector rural. «No se quería caer en provocaciones, para no aumentar la tensión», explican en Balcarce 50.
Según quienes conocen a Kirchner, el único escenario que le preocupa al ex presidente es la proliferación de protestas en calles y plazas del interior y grandes centros urbanos. Las marchas y los cacerolazos masivos son temidos por el líder peronista. No lo asustan, en cambio, los cortes de rutas. Un alto funcionario se frotaba ayer las manos ante la posibilidad de que ruralistas cortaran hoy la ruta 9, antes del partido de