La multimillonaria iniciativa de Washington para impulsar la investigación energética está revitalizando 17 enormes instalaciones financiadas por el gobierno, desde el Laboratorio Nacional Oak Ridge aquí, hasta el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley en el estado de California. Tras muchos años de estancamiento en materia de presupuesto, estos laboratorios están aumentando su producción para desarrollar nuevas fuentes de electricidad, construir autos más eficientes y enfrentar el cambio climático.
En el año fiscal 2009, el gobierno de Obama aumentó el financiamiento en 18%, a US$4.760 millones, para
La Oficina de Ciencia estima que su mayor presupuesto le permitió crear casi 1.400 empleos de investigación en los 10 laboratorios que supervisa en el año fiscal que terminó en septiembre, un aumento de 11% respecto a los niveles de personal del año anterior. La dependencia oficial estima que creó otros 1.400 empleos relacionados a la ciencia en universidades. Además, afirma, fondos del paquete de estímulo del gobierno de Obama crearon cientos de empleos más en laboratorios del gobierno. Como consecuencia, la balanza de la ciencia en EE.UU. está cambiando un poco, alejándose de la investigación pura que se suele practicar en las universidades, y acercándose hacia la ciencia aplicada.
Estos esfuerzos marcan una tercera ola de gasto en laboratorios estadounidenses como Oak Ridge, un vasto complejo de bosques e instalaciones de investigación en el estado de Tennessee. Oak Ridge fue uno de tres laboratorios establecidos para ayudar a construir la bomba atómica durante
Oak Ridge planea aumentar su personal en 25%, o 800 puestos de trabajo, durante los próximos 18 meses, incluso cuando su vecino,
«Tenemos una visión renovada de nuestra misión y el sentido de urgencia», afirma el director de Oak Ridge, Thom Mason.
Quienes se oponen a un tipo de gobierno que interviene en muchos sectores, afirman que el plan de energía de Obama les da a los políticos un rol demasiado grande en la forma en que se conduce la ciencia en el país, de la misma forma que se preocupan por el mayor papel del gobierno en el sector financiero. También cuestionan si la iniciativa de financiamiento del gobierno es sostenible en medio de déficits de presupuesto cada vez mayores.
Otros, en centros académicos y la industria, afirman que aunque la investigación financiada por el gobierno ha logrado mucho, incluyendo avances en el mapa del ADN y en imágenes por resonancia magnética, el costo de realizar ese tipo de investigaciones es innecesariamente alto. La investigación pura financiada por universidades tiene su propia cadena de éxitos en áreas desde la física a la química pasando por la biomedicina y la genética, afirman, incluyendo descubrimientos que condujeron al láser, al marcapasos, a la tecnología de ultrasonido y al combustible para cohetes.
Escepticismo
«La mayoría de nuestros grandes descubrimientos no ha sido a través de financiación [del gobierno]», señala Michael Whiterell, ex director de Fermilab, financiado por el gobierno, y ahora vicerrector de investigación de
Incluso algunas de las personas involucradas en la apuesta a la energía admiten sus desafíos. Aunque un plan federal resultó tener éxito para construir la bomba atómica y llevar a un hombre a la luna —ambas tareas bien definidas— el problema energético es más difuso, con resultados difíciles de medir.
«Hablamos de problemas muy grandes y complejos», afirma Don McConnell, presidente del negocio de energía global del Instituto Battelle Memorial en Columbus, estado de Ohio, que administra cinco laboratorios del Departamento de Energía de EE.UU., incluidos Oak Ridge y Brookhaven. McConnell agrega que hay «falta de claridad» sobre los resultados buscados para los proyectos de investigación de energía en los distintos laboratorios. «Tenemos múltiples planes incrementales más que planes grandes y transformadores».
Por ahora, los empleos federales son bienvenidos por científicos nuevos, ya que los presupuestos de las universidades bajan y las dotaciones no alcanzan. Este año, 5% de las universidades de EE.UU. despidió a personal del cuerpo docente y 31% despidió a miembros del cuerpo no docente, según una encuesta publicada en octubre por Chronicle of Higher Education. Más de 40% estableció un congelamiento en la contratación de personal, total o parcial.
Los departamentos de ciencia de las universidades también pueden beneficiarse de los US$18.400 millones sin precedentes en gasto de estímulo del gobierno para investigación básica, si se suman a la misión energética del gobierno. De los US$1.600 millones destinados a
La desventaja es que los subsidios del gobierno pueden implicar grandes volúmenes de papeleo, lo que requiere empleados cuyos sueldos deben pagar las universidades mismas.
La historia de los laboratorios del gobierno estadounidense ha estado marcada por momentos de grandes descubrimientos separados por prolongados períodos de tiempo. Durante
Actualmente, el proyecto más grande en Oak Ridge es
La máquina será una herramienta importante en la búsqueda de materiales que puedan ser usados para aumentar la capacidad de almacenamiento de las computadoras, así como en la construcción de aeronaves militares que puedan soportar temperaturas altas.
Fuente: The Wall Street Journal