En la antigua Grecia y Roma, la zanahoria se cultivaba con fines medicinales: se consideraba un potente afrodisíaco. Los comerciantes árabes extendieron las semillas. Se diversificaron los tonos: se vendían zanahorias púrpuras, blancas, amarillas, verdes e incluso negras. Después llegaron las naranjas. Los holandeses –los principales productores europeos de zanahorias en el XVII– impusieron sus semillas patrióticas. “Todas las variedades modernas descienden de sus cuatro tipos de color naranja: Early Half Long, Late Half Long, Scarlet y Long Orange”. Según Naciones Unidas en 1903 existían 287 variedades de zanahorias; ahora hay sólo 21.
Fuente: GPS