Así como ahora sólo cabe optar entre un reducido grupo de posibilidades y, a la hora de la verdad, es mayoritaria la utilización del pie Carrizo para casi todas las variedades de naranjas y mandarinas, en pocos años estará en el mercado un amplio abanico de nuevas clases de ‘pies’, como resultado de los trabajos de caracterización que está realizando un equipo del Intituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA).
Entre esta nueva oferta habrá patrones con diferentes grados de resistencia a la salinización, la caliza, la asfixia radicular o los ataques de hongos. Se diferenciarán por su asimilación del hierro y otros micronutrientes problemáticos, la regularidad en la producción, el tamaño de sus frutos, o que induzcan precocidad o maduración tardía, según los casos. Todos ellos, por supuesto, tolerantes a la enfermedad de
Acelerar el proceso
Además, algunos son enanizantes o semienanos, es decir, que dan como resultado final árboles de porte pequeño o mediano, para facilitar la recolección, la mecanización y plantaciones intensivas
El actual programa es la culminación de un largo proceso de obtención de nuevos híbridos que realizó años atrás el el equipo del investigador Juan Forner. Ahora, de entre los más de 500 que seleccionaron en un principio por sus aptitudes potenciales, se elegirán los que reúnan las mejores características agronómicas para combinarse con una amplísima lista de variedades y de condiciones geográficas y de cultivo.
En este trabajo participan Eduardo Primo Millo y María Ángeles Forner, hija de Juan, quien les asesora también en el proceso.
Según ha explicado Eduardo Primo a LAS PROVINCIAS, lo que están haciendo es acelerar el proceso de selección a base de inducir a cada patrón las diferentes situaciones de estrés, para comprobar cuanto antes sus respuestas. Si antes las evaluaciones eran lentas, en campo, ahora se provocan situaciones iguales en los invernaderos del IVIA, aportando grandes dosis de sales en unos casos, o de agua en otros, y así sucesivamente. En pocos meses se obtienen resultados, de manera que se van clasificando las peculiaridades de cada patrón y se definen sus eventuales aptitudes, al igual que se rechazan aquellos que se demuestran menos apropiados para un conjunto de situaciones de producción.
Bajo encargo
De esta manera, Primo confía en que el sector citrícola disponga pronto de un gran elenco de patrones donde escoger, atendiendo a lo más apropiado para cada caso. Será una situación bastante novedosa; el citricultor podrá elegir casi a la carta, como ya ocurre en el resto de la fruticultura, y probablemente necesitará el asesoramiento de técnicos para acertar. Además, en los viveros se asentará definitivamente el modelo de producción de plantones por encargo, con la combinación demandada. Años atrás, cuando la demanda del campo era fuerte, producían de todas las variedades pero con dos o tres patrones, porque al final todo se vendía.
La nueva situación constituye, en opinión de Primo, «un momento de lujo», porque «disponemos, gracias al equipo de Forner, de un conjunto genético de excepción, único, que probablemente no volverá a repetirse en el mundo citrícola, y debemos aprovecharlo al máximo para mejorar al sector.»
Fuente: Lasprovincias.es