La Red de Acuicultura de las Américas reunió a Ministros del sector para discutir estrategias para fortalecer el aporte de la acuicultura a la seguridad alimentaria
Santiago de Chile, 02 de septiembre de 2013 – La acuicultura está siendo gradualmente reconocida por los gobiernos de América Latina y el Caribe como un potente instrumento para incrementar la producción de proteínas de buena calidad a precios accesibles a los grupos más vulnerables de las sociedades, señaló hoy la FAO.
Ministros de Pesca y de Acuicultura de 10 países de la región participaron de la Primera Reunión del Consejo de Ministros de la Red de Acuicultura de las Américas (RAA) que analizó medidas para incrementar el consumo y la comercialización de pescado en América Latina y el Caribe, como una forma de fortalecer la seguridad alimentaria.
Según el Representante de FAO en Chile, Alejandro Flores, hay un espacio importante para incrementar el comercio interregional de pescado en América Latina ya que, actualmente, un 40% del pescado consumido en América Latina y el Caribe viene de otras regiones.
Alejandro Flores también destacó a Brasil y Colombia, países en los cuales ha crecido el consumo de pescado en los últimos años. En Brasil, el consumo per cápita aumentó de 4 kg/año a 9 kg/año en los últimos 8 años gracias a políticas y campañas para fomentar su consumo. En Colombia el aumento fue de 4 kg/año a 6.1 kg/año en los últimos 6 años.
El Representante recordó que la Organización Mundial de Salud (OMS) recomienda el consumo per cápita de 12kg de pescado por año. El promedio de consumo mundial per cápita es de 18 kg/año pero, mientras que el promedio de América Latina y el Caribe es de 9kg/año.
Estrategias para aumentar el consumo
La Ministra de la Producción del Perú, Gladys Triveño, destacó que cada vez se obtienen más productos de la acuicultura y cada vez menos de la extracción directa. “Tenemos que asegurar a través de la acuicultura el consumo de estos recursos como una proteína importante para la población”, explicó. La Ministra presentó la campaña “A Comer Pescado” e indicó que es “importante aprovechar las nuevas tendencias en la gastronomía, que en el caso de Perú ha impulsado el desarrollo de la acuicultura de peces como lenguado, chita y cabrilla”.
El subsecretario de Pesca y Acuicultura de Chile, Pablo Galilea, presentó las claves de la estrategia para aumentar el consumo de pescados y mariscos en Chile, que en el dicho país ronda entre los 7,2 kg y 9,6 kilos per cápita/año.
Para el Ministro de la Agricultura de Guyana, Leslie Ramsammy, la acuicultura tiene un relevante papel en la lucha contra el hambre y añadió que “la pesca, en especial la acuicultura, completa un importante rol en acelerar el desarrollo económico”.
“Estamos conscientes de que el desarrollo de la acuicultura es una herramienta esencial para el crecimiento de la región y que su éxito depende en gran medida de que seamos capaces de realizar un trabajo coordinado entre todos nosotros”, afirmó el Ministro de Economía, Fomento y Turismo, Félix Vicente, de Chile.
El ministró chileno también destacó que los acuicultores de pequeña escala pueden hacer un aporte fundamental, pero que se les debe apoyar mediante herramientas que les permitan la diversificación.
Uno de los ejes claves de la Red de Acuicultura de las Américas es el apoyo al desarrollo sostenible de los acuicultores de recursos limitados, que suman más de 100 mil en toda la región y cuya actividad contribuye de manera significativa a la seguridad alimentaria y nutricional y al empleo rural.
Red de Acuicultura de las Américas
Actualmente, la Red de Acuicultura de las Américas, RAA, cuenta con 13 países miembros y busca llegar a los 20 a finales de 2014.
Con el apoyo del Gobierno de Brasil, a través del Fondo de Cooperación Internacional Brasil-FAO, la RAA cuenta con un fondo para su consolidación, a través de un proyecto a cargo de la FAO que le proporciona asistencia permanente.
rio,d � n � �y �' empresa cuyo comando está en Estados Unidos. En la misma época, la familia Pérez Companc comenzó a deshacerse de algunos activos, como el Banco Rio, vendido al Santander.
Fuente: el cronista.com
ec# � i n �y �' ne; color: rgb(0, 153, 0); font-weight: normal; cursor: pointer; display: inline !important; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial;">Brasil representa 50% de las ventas externas de productos industrializados, que sumaron u$s 96 millones en 2012. La producción de alimentos generó u$s 999,6 millones para el holding que controla la familia Pérez Companc, antigua dueña de la industria petroquímica Pecom, vendida a Petrobras en 2003. La venta de granos al exterior generó u$s 2.500 millones y al mercado interno junto con otras actividades u$s 238 millones.
“Precisamos crecer en la venta de industrializados al exterior y el principal objetivo es Brasil, porque permite aumentar la facturación en actividades con mayores márgenes de ganancia”, dijo el gerente de negocios del grupo, Eduardo Lopardo.
El balance de la compañía muestra que el año pasado el lucro antes de los intereses, impuestos, depreciación y amortización (Ebitda, en la sigla en inglés) cayó de u$s 148,9 millones a u$s 113,1 millones. Una fuerte sequía redujo el margen bruto de las ventas de granos a 3% sobre el total facturado. En el caso de los productos industrializados, en el que 90% se consumen en la propia Argentina, el margen bruto de ganancia fue de 35%.
El mercado de jugo concentrado de limón, que se utiliza como condimento de comidas, es prácticamente inexistente en Brasil. La meta del grupo Molinos es ambiciosa. “Este es un mercado potencial de u$s 65 millones al año. En Argentina, donde está totalmente desarrollado, tenemos el 73% de la participación. Si repetimos ese desempeño en Brasil, generaremos un ingreso de u$s 50 millones, y ese será nuestro principal negocio en el país”, dijo Lopardo.
Argentina es la segunda mayor productora de limón del mundo (detrás de México), con una cosecha anual de 1,4 millones de toneladas. De ese total, se exportan 900.000 toneladas, el equivalente a toda la producción brasileña. En la forma de limón exprimido, Argentina consume cerca de 50.000 toneladas de esta producción. Son 8.000 toneladas de producto industrializado.
Lopardo estima que el mercado brasileño podría consumir 15.000 toneladas de jugo de limón. Brasil frena la importación de cítricos “in natura”, pero las licencias para industrializados se conceden en un plazo de quince días, de acuerdo con el ejecutivo.
“El señuelo es la practicidad. Competir en precio no tiene que ser el objetivo de la industria alimenticia argentina en Brasil, por una cuestión de escala entre los dos mercados. La posibilidad de conseguir márgenes de ganancia pasa por garantizar nichos y trabajar con los mercados de renta más alta”, dijo Lopardo.
Es la misma receta que adoptó el grupo para otros productos enviados a Brasil, como el vino tinto Benjamin, de la Bodega Nieto Senetier, y el aceite de oliva Cocinero. “Vamos a cerrar este año con la venta al mercado brasileño de 355.000 cajas, de seis botellas de vino cada una. Es un aumento de 14% en la venta a nivel de volumen físico”, señaló.
El tercer frente del grupo en Brasil es el más difícil en términos de competencia: el mercado del aceite de oliva, que dominan en el país marcas de España y Portugal. El grupo tiene 3% de las ventas, con Cocinero, que también se utiliza para el jugo concentrado de limón. La producción argentina es muy pequeña, de 35.000 toneladas, la mitad del consumo brasileño. ‘El aceite argentino se está desarrollando ahora y atravesando el mismo proceso de mejora de la calidad que registró el vino en los años 90‘, aseguró Lopardo.
El grupo Molinos Rio de la Plata pertenece a la familia Pérez Companc desde 1999, pero es una empresa mucho más antigua: la creó en 1902 el grupo Bunge, entonces de capital argentino. En los años 90, Bunge diluyó su control accionario, tornándose una empresa cuyo comando está en Estados Unidos. En la misma época, la familia Pérez Companc comenzó a deshacerse de algunos activos, como el Banco Rio, vendido al Santander.