La producción agropecuaria es una de la fuentes de trabajo más importantes de nuestro país. Dentro de estas producciones, la frutihorticultura posee un elevado peso relativo en la dinamización de las economías regionales. Esta actividad está, en su gran mayoría, llevada adelante por pequeños y medianos productores familiares que encuentran no sólo un sustento económico en ella sino que les permite estar incluidos en el sistema y vinculados con su tierra.
Como toda actividad agropecuaria, la frutihorticultura tiene como características fundamentales su heterogeneidad y complejidad. La primera característica está fundada en la gran cantidad de cultivos y las diversas zonas en las que se de-sarrollan. La segunda se refiere a la gran cantidad de actores que forman parte de la cadena, lo cual genera altos costos de transacción transferidos en su mayoría a los productores primarios. Esta gran transferencia de costos origina bajas rentabilidades en el eslabón más débil de la cadena: los productores. Estos deben aumentar sus rindes y trabajar para llegar en tiempo y forma a los mercados.
Surge como herramientas para brindar estabilidad y sustentabilidad al sistema la inclusión de tecnología. Dentro de este concepto se pueden incluir el riego de precisión, los fitoterápicos de bajo impacto, la fertilización puntual y la gestión de procesos. Dentro del riego de precisión se incluyen los sistemas de goteo y de microaspersión. Estos sistemas tienen como principal beneficio el uso racional del recurso hídrico y el aumento en los rendimientos de los cultivos dado por un mejor crecimiento. Vinculada con el uso de riego se encuentra la fertilización puntual. Esta se realiza junto con el aporte de agua tomando en cuenta los requerimientos diarios de los cultivos, lo que permite mejorar el desarrollo de las plantas y evita excesos en las fertilizaciones que pueden provocar perjuicios al ecosistema.
Con respecto a la inclusión en los sistemas fitoterápicos de bajo impacto, éstos resultan fundamentales para garantizar la inocuidad alimentaria para los consumidores y la seguridad en el trabajo diario de los productores.
21.12.09 La frutihorticultura es heterogénea y compleja. Para brindar estabilidad y sustentabilidad a los productores, que son el eslabón más débil de la cadena, se debe incluir la aplicación de tecnología.
La producción agropecuaria es una de la fuentes de trabajo más importantes de nuestro país. Dentro de estas producciones, la frutihorticultura posee un elevado peso relativo en la dinamización de las economías regionales. Esta actividad está, en su gran mayoría, llevada adelante por pequeños y medianos productores familiares que encuentran no sólo un sustento económico en ella sino que les permite estar incluidos en el sistema y vinculados con su tierra.
Como toda actividad agropecuaria, la frutihorticultura tiene como características fundamentales su heterogeneidad y complejidad. La primera característica está fundada en la gran cantidad de cultivos y las diversas zonas en las que se de-sarrollan. La segunda se refiere a la gran cantidad de actores que forman parte de la cadena, lo cual genera altos costos de transacción transferidos en su mayoría a los productores primarios. Esta gran transferencia de costos origina bajas rentabilidades en el eslabón más débil de la cadena: los productores. Estos deben aumentar sus rindes y trabajar para llegar en tiempo y forma a los mercados.
Surge como herramientas para brindar estabilidad y sustentabilidad al sistema la inclusión de tecnología. Dentro de este concepto se pueden incluir el riego de precisión, los fitoterápicos de bajo impacto, la fertilización puntual y la gestión de procesos. Dentro del riego de precisión se incluyen los sistemas de goteo y de microaspersión. Estos sistemas tienen como principal beneficio el uso racional del recurso hídrico y el aumento en los rendimientos de los cultivos dado por un mejor crecimiento. Vinculada con el uso de riego se encuentra la fertilización puntual. Esta se realiza junto con el aporte de agua tomando en cuenta los requerimientos diarios de los cultivos, lo que permite mejorar el desarrollo de las plantas y evita excesos en las fertilizaciones que pueden provocar perjuicios al ecosistema.
Con respecto a la inclusión en los sistemas fitoterápicos de bajo impacto, éstos resultan fundamentales para garantizar la inocuidad alimentaria para los consumidores y la seguridad en el trabajo diario de los productores.
De la mano de esas tres herramientas se puede mencionar la gestión de procesos como una eficaz manera de llevar adelante la producción y evaluar la eficiencia de las tecnologías aplicadas en el cultivo.
Todos los actores de la cadena frutihortícola nos encontramos frente a nuevos desafíos en lo que respecta a brindar productos de excelente calidad al menor costo posible y al mismo tiempo mantener la sustentabilidad del sistema. En particular, los productores que son el eslabón de la cadena que se encuentra más relegado. Y es a ellos a quienes están apuntadas todas estas tecnologías con el objetivo de mejorar su producción.
No hay duda de la importancia del sector dentro de la economía. En adelante queda por trabajar en al camino de la incorporación de tecnología, la cooperación entre los productores primarios y la sustentabilidad de los sistemas para permitir el crecimiento del sector.
* Técnico en Producción Agropecuaria. Agrónomía-UBA. Proyecto Fazenda
De la mano de esas tres herramientas se puede mencionar la gestión de procesos como una eficaz manera de llevar adelante la producción y evaluar la eficiencia de las tecnologías aplicadas en el cultivo.
Todos los actores de la cadena frutihortícola nos encontramos frente a nuevos desafíos en lo que respecta a brindar productos de excelente calidad al menor costo posible y al mismo tiempo mantener la sustentabilidad del sistema. En particular, los productores que son el eslabón de la cadena que se encuentra más relegado. Y es a ellos a quienes están apuntadas todas estas tecnologías con el objetivo de mejorar su producción.
No hay duda de la importancia del sector dentro de la economía. En adelante queda por trabajar en al camino de la incorporación de tecnología, la cooperación entre los productores primarios y la sustentabilidad de los sistemas para permitir el crecimiento del sector.
* Técnico en Producción Agropecuaria. Agrónomía-UBA. Proyecto Fazenda.