El fenómeno, inédito, tiene origen en la coyuntura internacional: la crisis económica global que se desató en el último trimestre del año pasado se llevó puesta a la industria automotriz y del mueble, las mayores demandantes de cueros. Ello volteó los precios del año pasado, sobrevaluados a la par de la inflación alimentaria mundial.
Sin embargo, aseguran frigoríficos y especialistas locales, la situación se ve agravada en
Hoy el kilo de cuero ronda los seis a siete veces menos que el mínimo histórico, dicen los frigoríficos: “Hoy estamos cobrando cerca de u$s 0,15, cuando el rango normal iba de entre u$s 70 y u$s
Concentración
La demanda de cueros en
Así, a la caída real de la demanda internacional, se agrega una concentración de quienes la vehiculizan a nivel local, al punto de que algunos frigoríficos sospechan, sin acusar abiertamente, que las curtiembres se ponen de acuerdo sobre los precios que les pagarán.
Para peor, este año, la escasa demanda se topó con una mayor oferta: según el indicador EMI del Indec, la producción de carne en los primeros cuatro meses de este año fue un 20% mayor que en igual período de 2008 (aunque entonces se había visto afectada por el conflicto campo-Gobierno), lo que implica una mayor matanza de animales y, por tanto, más cueros.
La situación reflota un lejano conflicto entre frigoríficos y curtiembres, que data de 1991, cuando el ex Presidente Carlos Menem exceptuó el negocio de los cueros de la desregulación general de la economía. Se trató de una medida excepcional, pero que invariablemente se prorroga en diciembre desde ya hace casi dos décadas. Así, por una cuestión arancelaria, es inviable económicamente sacar cueros del país con el grado de elaboración que pueden darles los frigoríficos, lo que los vuelve cautivos de las curtiembres.
“Los cueros almacenados pueden ser más de 5 millones, dado que se faenan unos 13 millones de animales por año, y el derrumbe de precios y demanda comenzó en septiembre”, dijo un empresario del sector. “Algunos contrataron dos o tres personas para salar los cueros, con lo que pueden tirar casi un año guardados”, dijo otro.
Fuente: Cronista.com