El Gobierno nacional dispuso a partir de ayer elevar el peso mínimo de faena de bovinos a 280 kilos en pie. Esta determinación fue duramente criticada por el sector ganadero de Corrientes, ya que argumentan dos consecuencias negativas: los compradores traducirán sus mayores costos en menores precios para los productores; y los criadores deberán mantener por más tiempo a sus terneros y vaquillas en las chacras, con las malas condiciones en las que se encuentran por la falta de agua.
A pesar de los reclamos del sector ganadero,
El pasado martes,
En este marco, señalaron que “esta medida sigue perjudicando al primer eslabón de la cadena, el criador, dado que tiene que mantener el ternero en el campo hasta alcanzar el peso establecido, generándole más gastos en alimentación. Ello, a diferencia de la situación anterior, que le permitía destetar las crías de sus madres varios meses antes (técnica de destete precoz) y, de este modo, liberar a las vacas para recuperar estado corporal e ingresar al próximo servicio en mejores condiciones. Así entonces, se obtenían mayores índices de procreo, mayor carga por hectárea y mejor administración del forraje, entre otros beneficios”.
En diálogo con El Litoral, el vicepresidente de
Otra consecuencia negativa para los productores será el traslado de los costos de alimentación por más tiempo que necesitarán los invernadores a menores precios por teneros y vaquillas. Desde
El ruralista correntino explicó que “si la situación fuera normal, y los terneros valieran más, la medida estaría bien, porque es más conveniente para la industria ir faenando animales cada vez más grandes”, aunque señaló que “en el marco de sequía e incertidumbre en el que nos movemos hoy los productores ganaderos, esta medida no hace más que perjudicar al primer eslabón de la cadena de ganado”.
El litoral.com