Mucho se ha dicho y mucho más se ha escrito sobre las papeleras pero, lejos de aclararse el tema, la población parece cada vez más confundida.
Hoy muchos lamentan el hecho de que ambos países acudan a
Esta crisis, pese a sus aspectos negativos, generó, sin embargo, un hecho muy positivo: la toma de conciencia, por parte del gobierno argentino, de que la temática ambiental debe revalorizarse y ser cuestión de Estado, más allá de partidos, gobiernos y gobernantes.
PUNTOS CENTRALES A CONSIDERAR
• El tema debe circunscribirse técnicamente a lo ambiental, a su impacto en la salud humana, en la biodiversidad y en los efectos socio-económicos, dejando de lado discusiones ideológicas que sólo distraen del eje del problema y alejan su solución.
• Hay que comprender que todos los procesos de desarrollo e inversión, creación de empleo y riqueza, tienen algún grado de impacto ambiental, pero son necesarios. Esto hace imprescindible compatibilizarlos con el desarrollo sustentable y la salud de la población. Toda industria, en general, produce algún grado de contaminación. El tema es cuál es el límite máximo admisible para que no tenga un impacto significativamente negativo sobre la salud humana y los recursos naturales.
• La industria del papel y la actividad forestal, en general, no deben ser demonizadas. El sector forestal genera riqueza y empleo, y debe ser ayudado a tornarse cada vez más sustentable. Sin duda el sector tiene mucho por mejorar, y para ello no bastará con mejorar normas y controles estatales. Todo ciudadano puede actuar apoyando a los que hacen las cosas bien.
Esto ya está ocurriendo hoy, por ejemplo, con la certificación voluntaria FSC, a través de la cual una multisectorial ambiental, social y económica está acordando estándares de responsabilidad en el manejo forestal a nivel nacional. Al elegir estos productos certificados, cada persona premia a los que manejan sus bosques responsablemente.
• Cuando la contaminación, o los posibles efectos negativos, exceden las fronteras, se requiere de planificaciones conjuntas a nivel territorial, más aún si hablamos de un bloque común.
En
Para la selva misionera, más de 100 instituciones coincidieron en desarrollar una visión común para conservar y usar sustentablemente esta región en Brasil, Paraguay y
• Los estudios deben hacerse sobre bases científicas, sin conflictos de intereses. En este sentido, más allá de la indiscutible categoría de los estudios del Banco Mundial, al haber un conflicto entre países no parece lo más prudente reunir en la misma cabeza el carácter de prestamista con el de dar el aval ambiental a una obra que se está financiando.
•
La comunidad de Gualeguaychú debe, por un lado, ser incluida a través de sus representantes en mecanismos de contralor de impacto ambiental y al mismo tiempo ella debe aceptar que la violación de derechos de terceros no es el camino para obtener el respeto de los propios.
• En el estudio adicional e independiente que se requiere, deben computarse tanto el impacto acumulado de las plantas de Botnia y Ence y su gran tamaño, como incluir el de otras industrias pre-existentes que también vierten sus efluentes a las aguas del río Uruguay y sus tributarios en ambos países.
• Sabemos que en la industria de la celulosa, el uso de la tecnología ¨libre de cloro elemental¨ (ECF) -que es el que utilizarán las plantas en Uruguay- es aceptado internacionalmente. Pero también sabemos que se están aprobando nuevas plantas con la tecnología “totalmente libre de cloro” (TCF), que es la que suprime los compuestos más tóxicos.
• Es sabio, desde el punto de vista empresario, obtener el apoyo de las comunidades locales y vecinas, a las que necesitan. Algunos aspectos innecesariamente irritantes podrían ser reconsiderados para asegurar una mejor relación entre las empresas en cuestión y la comunidad de Gualeguaychú.
• La única forma que tiene el gobierno argentino de avanzar sólidamente en este proceso es aplicar para todos los argentinos la misma preocupación que para los habitantes de Gualeguaychú. Debe requerirse a las plantas argentinas los mismos estándares de calidad y contaminación que a las uruguayas, dándoles el tiempo empresarial y el apoyo económico local y/o internacional para hacerlo, pero con un cronograma preciso de realización.
• Deben proclamarse, y efectivamente cumplirse, las leyes, acuerdos y tratados internacionales. La frase ¨Sólo el cumplimiento de la ley nos hará libres¨ sigue siendo vigente.
• Los derechos humanos y constitucionales son esenciales, pero ese conjunto no divisible incluye la libertad de educación, religión, de respeto a la propiedad privada, de ejercer toda actividad lícita, de circular libremente por el país, sus calles y ciudades, de entrar y salir del territorio, etc. Esto debe cumplirse y defenderse. Sólo así tendremos la fuerza para hacer cumplir los derechos humanos ambientales.
Durante los largos meses que ya lleva el conflicto, la fundación recibió requerimientos para que emita su opinión. Asistimos a una escalada del conflicto a ambas márgenes del Plata y a una sucesión de hechos que sólo lograron enfrentar a dos países hermanos.
No quisimos formar parte de ese enfrentamiento, ni jamás lo haremos. Las organizaciones no gubernamentales nunca debemos olvidar que somos instituciones de bien público.
Utilizamos ese tiempo para analizar la cuestión e informarnos, poniendo a disposición