En esta línea, el área de Nutrición Animal del INTA Bordenave –Buenos Aires– demostró la factibilidad de usar flor amarilla, una especie presente en esa zona, en forma de rollos para el engorde de vaquillonas.
En el sudeste bonaerense, donde la ganadería se realiza en condiciones de clima subhúmedo a semiárido –con precipitaciones de 600 mm anuales–, hay gran disponibilidad de forrajes nativos o naturalizados (malezas). Uno de ellos es la flor amarilla (Diplotaxis tenuifolia), especie perenne de la familia de las brasicáceas (crucíferas) que se desarrolla entre septiembre y marzo/abril. Esta maleza, en estado fresco (verde), presenta un gusto amargo y olor desagradable, por lo cual los bovinos no la consumen. Sin embargo, una vez cortada y oreada por un tiempo prudencial, se produce la evaporación o transformación de la sustancia que provoca esas sensaciones y el ganado vacuno la consume en altas cantidades.
Estudios previos sobre la producción y calidad del forraje de esta especie, sin ningún manejo especial, indican un rendimiento entre 3.000 y 4.000 kg de materia seca/ha/año –permitiendo de 6 a 7 cortes anuales–, valores de proteína bruta de 9 a 24% y digestibilidad entre 77 y 54%. Con este antecedente, se diseñó un ensayo de engorde a corral de vaquillonas con rollos de flor amarilla como dieta base y suplementos, durante 60 días. Los tratamientos incluyeron: rollo de flor amarilla exclusivamente; rollo de flor amarilla más pellets de girasol y grano de maíz; y rollo de rastrojo de maíz más pellets de girasol y grano de maíz.
Los resultados indicaron que el 1º tratamiento con rollo de flor amarilla (FA), usado en forma exclusiva, presentó una ganancia diaria de peso de 0,250 kg/animal, suficiente para cubrir las demandas proteicas y energéticas mínimas de categorías como terneros, vaquillonas y vacas de cría durante períodos de emergencia forrajera. Los otros tratamientos presentaron ganancias de peso superiores y similares entre sí: de 0,905 kg/animal (rollo de FA + concentrados) y 0,890 kg/animal (rollo de rastrojo de maíz + concentrados). Esto se debió a que la digestibilidad de ambos rollos fue semejante. Sin embargo, debe destacarse que la calidad del rollo de flor amarilla utilizado fue inferior a otros henos de esta maleza confeccionados durante el año del ensayo. Además, la proporción de rollo de FA fue del 55% de la dieta. Eso significa que usando un rollo de esta maleza de mejor calidad, similar al empleado en otros trabajos en la misma región, se puede alcanzar o superar 1 kilo diario.
Desde el punto de vista económico, se demostró su factibilidad en forma de rollos o fardos con el agregado de un grano de cereal y un suplemento proteico. El costo de producción ($/kg producido) de los tratamientos con rollo de flor amarilla sólo y FA + concentrados fueron significativamente inferiores al tratamiento con rollo de maíz y suplementos (3,0 $/kg y 2,35 $/kg vs 3,63 $/kg, respectivamente). Con estos resultados, las expectativas para utilizar esta maleza como recurso forrajero resultan muy favorables tanto nutricional como económicamente.
Fuente: INTA