El Gobierno se mantiene en sus trece de no cambiar ni una sola coma de la nueva Ley Antitabaco, a pesar de tener a toda la hostelería en contra y también a una buena parte de la población. Ni siquiera la manifestación prevista por la mayoría de establecimientos hosteleros para el próximo 28 de febrero parece que cambiará la opinión del Ejecutivo sobre una medida que, según los cálculos del sector, ya ha provocado una disminución de las ventas de entre el 15 y el 35%, y que pretende también reducir el consumo de tabaco en nuestro país.
Un objetivo, este último, que desde distintos ámbitos es visto como una cortina de humo para tapar la voracidad recaudatoria de
Sin ir más lejos, sólo durante el pasado año las expendidurías ubicadas en Castilla-La Mancha vendieron un 3,38% más de tabaco en sus diferentes presentaciones, lo que en términos económicos supuso unos ingresos totales de 594,27 millones de euros, es decir, un 7,13% más que en 2009.
Y eso a pesar de que el Gobierno llevó a cabo dos subidas impositivas a lo largo de 2010 que provocaron un incremento medio de las cajetillas de casi sesenta céntimos de euro. Una subida, no obstante, que sirvió para maquillar en algo las deterioradas arcas del Estado, al ser el tabaco el producto de venta legal que mayor fiscalidad soporta.
Así, a la espera de los datos oficiales, a través del Impuesto Especial sobre las Labores del Tabaco Hacienda ingresó más de 8.574 millones de euros durante el pasado ejercicio.
Fuente:; el diadigital.es