“Nosotros vamos en caída libre” admitió el presidente de Nobel SA, una exportadora de citrus de Chajarí. La capacidad de la planta son 20.000 pallets pero este año sólo procesó 5300. Antes tenía 300 empleados y ahora apenas 110.
Benedicto Michellod es presidente de Nobel SA, una conocida empresa exportadora de citrus radicada en Chajarí, que ha visto caer su producción hasta límites insospechados.
El 2014 “ha sido muy complicado, no porque no hayamos tenido la producción. No somos competitivos. Ese es el primer punto”, explica Michellod. “Los precios internacionales son los mismos y hasta me animaría a decir que en ciertas variedades hasta son mejores, pero no cubren el costo interno, que es demasiado alto. Todo lo que es flete, las cajas, la mano de obra, todo”, se lamenta, en diálogo con el programa televisivo X Más, por Canal 9 Litoral.
El directivo de Nobel no sabe “si lo que se hace se hace mal o no se hace nada”. A la prometida apertura del mercado japonés la considera “otro cuento chino”. No puede creer que no se logre bajar los aranceles para entrar a Rusia, aprovechando que hay buena relación con ese país. Admira a Uruguay que logró entrar a Brasil y a Estados Unidos mientras que el citrus argentino no lo consigue.
“Vamos en caída libre”
La frase le sirve a Benedicto Michellod para definir en pocas palabras la situación de la empresa que preside. Lo respalda con datos: “Del 2011 al 2012, 63% menos. Del 2012 al 2013, 40% menos. Y ahora 28% menos. Así que vamos en caída libre”.
“La capacidad de la planta son 20.000 pallets. Este año se hicieron 5300 pallets. ¿Quién paga ese costo fijo, que es el mismo que si produjéramos los 20.000?”, se pregunta.
Explica que “los precios internacionales son los mismos y hasta me animaría a decir que en ciertas variedades hasta son mejores, pero no cubren el costo interno, que es demasiado alto. Todo lo que es flete, las cajas, la mano de obra, todo”.
El problema social
Los datos sobre la caída del empleo son más que significativos. “Este año ocupamos 110 personas, más o menos,
cuando acá se ocuparon más de 300 personas fijas y aparte se contrataba gente afuera. Se llegaron a trabajar tres turnos, después dos turnos de 9 horas, y ahora estamos con un turno livianito”, dice Michellod.
“Esto es un problema hasta social porque al no trabajar la gente, se sabe qué es lo que pasa. Las economías regionales son el motor de los pueblos. Vos te podés fijar en Chajarí y hoy viernes no anda casi nadie en los comercios, del ramo que sea”, dice, sin vueltas.
“Este año hubo fruta de sobra y va a seguir habiendo -agrega. Distinto a lo mejor fue el 2012, que fue muy afectada por la helada y faltó un poco de fruta. Pero ahora la fruta sobró. Esa fruta sólo queda para el mercado interno, que está muy deprimido, muy sobre ofertado”.
“Encima los créditos se ponen difíciles. Creo que los bancos tienen que cubrirse. Cuando una empresa o un sector no anda muy bien, enseguida empiezan a cerrar los grifos”, comenta.
Otro cuento chino
El presidente de Nobel no anda con rodeos para explicar que la supuesta apertura del mercado japonés para el citrus argentino quedó en la nada. “Los japoneses no son chinos pero eso es otro cuento chino. Llegar a Japón con las exigencias que tiene, con los días de viaje… es casi imposible pensar en eso. Nosotros tenemos que pensar en Brasil, en Estados Unidos. Tenemos que fijarnos qué está haciendo el Uruguay. Ahí me parece que hay que apuntar. Yo no entiendo qué es lo que pasa porque en el caso de Brasil las dos presidentas habían firmado, salieron en todos los medios que ya entrábamos a Brasil y no se pudo entrar nunca”.
Casi con envidia al país vecino, Michellod dice: “Creo que el gobierno de Uruguay se preocupa y ha seguido insistiendo y acá no veo eso”.
“Tengo entendido que hoy con Rusia tenemos muy buenas relaciones y que cancillería o quien le corresponda no se preocupe por bajar los aranceles es increíble. Una caja de 10 kilos de cítrico que entre a Rusia tiene 3,50 dólares de arancel. Yo no digo que se baje de una el 100%. Donde bajaste un dólar ya ahí cambiaría la historia. Y no se hace nada. Y lo mismo lo de abrir los mercados. No sé si lo que se hace se hace mal o no se hace nada”, concluye.
Fuente: El Entre Ríos