En diálogo con esta Agencia, Maximiliano González, titular de la pollería y almacén “El remanso”, de Paraná, aseguró que “el kilo de pollo salía cerca de 8 pesos y ahora cuesta 13, pero la gente sigue consumiéndolo cada vez más, porque conviene en comparación con la carne roja”.
Asimismo, en las góndolas de los principales hipermercados de la ciudad puede constatarse que estas subas, “rondan entre los cuatro o cinco pesos por kilo”, destacó el comerciante quien remarcó que “los precios varían según el comercio”.
El consumo de carne blanca se vio propulsado por la suba del costo de la carne vacuna, pero “como la situación es variante hay algunos locales que retienen los productos para ir adaptándose a los cambios en los precios”, indicó.
También, confirmó que “que se está reteniendo la producción”, como subrayaron otros comerciantes de la provincia en medios de toda la región y coincidió con ellos en que la mercadería “no se está entregando con la periodicidad de antes, porque hay más demanda”.
Por otra parte, el dueño de una pollería de la zona céntrica, señaló a esta Agencia, que “esperan que los precios no continúen subiendo porque cada remarcación repercute en la venta» y explicó que en los supermercados “el precio varía de acuerdo a la calidad”.
En ese sentido, aseveró que de esta manera, “se puede comprar a 5,90 pesos los pollos más económicos y a 11,20 pesos los más caros. Esta variación de valores se da porque la provisión de pollo, para algunas cadenas de supermercados, está subsidiada por el gobierno nacional”.