Estas familias esperaron por décadas la llegada de la luz a a los parajes más distantes del casco urbano de la localidad, y finalmente fueron beneficiadas en el marco de un plan de Electrificación que durante 2008 benefició a 1450 familias, y sigue desarrollándose con éxito en 2009.
Además de las familias beneficiadas, EMSA aportó recursos y mano de obra para alimentar con energía a una bomba extractora de agua en la cima del Cerro Monje, inversión que aportó mayor comodidad y servicios a los turistas y devotos que concurren al Cerro como visita tradicional en Semana Santa.
Entre las zonas beneficiadas por las obras de electrificación, se cuentan al barrio Niño Jesús, con doce conexiones nuevas, y las zonas de «Los Galpones», «Las Correderas», «El Guerrero» y «Los Cabritos», además de una conexión industrial con una línea de media tensión que alimenta desde ahora a
Cabe recordar que cada conexión de electrificación rural tiene particularidades que la diferencian de las conexiones urbanas. Una de ellas es la extensión de los tendidos, que en muchos casos recorren kilómetros sólo para cubrir la demanda de una o dos familias de colonos. Es así que el carácter social de estas obras las convierte en una meta que se prioriza en las empresas de energía con mayoría accionaria del Estado, como el caso de EMSA.
Para los beneficiarios, la posibilidad de contar con energía en las chacras después de tantos años, implica mejorar notablemente la calidad de vida y las perspectivas de producción, ya que pueden contar con agua por bombeo para el riego, luz en las viviendas para aumentar el tiempo de recreación de la familia, posibilidad de refrigerar los alimentos y la carne de los animales que faenan y la utilización de maquinaria que facilita la tarea en la chacra.