30.05.13 Tras 10 años de crecimiento sobre el 10%, la cifra ha bajado a 7,5% en el gigante asiático, primer socio comercial de Chile.
Cautela es la palabra que mejor define la sensación de los empresarios locales que asisten al VI Consejo Bilateral de Negocios, organizado por el Comité Chile-China, el Banco de Exportación e Importación de China, las embajadas de ambos países y Sofofa.
La razón está en las señales de desaceleración en la economía del gigante asiático, que ha bajado su crecimiento desde tasas superiores al 10% en la última década, a 7,5%.
Según comentó Roberto de Andraca, presidente de CAP, a pesar de que no existe miedo por esta situación, sí existe preocupación y siguen su evolución con cuidado. “Antes había un mayor ahorro en este país, destinado a una mayor inversión y esa mayor inversión, a exportaciones. Ese efecto, unido a la desaceleración mundial, va a producir una baja en los precios de los productos y una menor demanda de materias primas por parte de China”.
Por otro lado, Ramón Jara, director de Antofagasta Minerals, explicó que ya se están percibiendo las primeras señales de este fenómeno. “Los indicadores muestran que efectivamente hay una menor actividad en cuanto al desarrollo en rubros como la construcción. Pese a que la baja en las tasas de crecimiento del país no es dramática, es una luz de alerta”, afirmó.
Creciendo la mitad

Para graficar el efecto de esta desaceleración, el mejor ejemplo lo da Álvaro Zerene, gerente de Arauco en Asia. El ejecutivo explicó que la compañía, que vende celulosa en ese mercado hace más de 30, ha sufrido los efectos que ha registrado la industria que usa este commoditie.
“En palabras simples, bajamos a la mitad nuestro crecimiento en China. Pasamos de entre y 8% y 10% en 2011 a un rango de entre 4% y 4,5% en 2012. Pero China va a seguir creciendo, es una potencia que no se va a detener”, afirmó, agregando que debido al uso excesivo de recursos y a la inflación, el gobierno chino decidió que debía tener un crecimiento más sustentable”.
Esto, a su vez, se traduce en que las compañías deben estar más a la vanguardia en lo tecnológico, mejorando el servicio y desarrollando el negocio de manera cada vez más sustentable”.
Fuente: Diario Financiero