Comentó que la semana pasada le transmitieron al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que gestione una reunión entre las cámaras empresarias y las autoridades de Agricultura «para ver si le podemos poner un parate a todo esto». Reveló que esta situación, además de lo que genera en la economía familiar, complica mucho las negociaciones en el marco de las paritarias que llevan adelante con las patronales. Mencionó, a modo de ejemplo, que el kilo de costilla ya se vende a 26-28 pesos. Observó que todos esos aumentos no van a parar al bolsillo del trabajador.
Sosa contó que todo se basa de acuerdo con los precios que salen del Mercado de Liniers, donde se concentra la mayoría de los proveedores. Según el dirigente gremial, de la segunda semana de diciembre a la fecha el aumento se ubica entre un 50 y un 60 por ciento, «es algo totalmente inadmisible». Respecto a la cuestión salarial, Sosa contó que en estos momentos un trabajador de la carne tiene un ingreso mínimo de 1800 pesos, «a eso se le agrega no remunerativa de 400 pesos que va hasta febrero de 2010, que es cuando estamos discutiendo los nuevos salarios» en paritarias nacionales.