En base a 112 informes epidemiológicos, realizados en 8 zonas del país durante 14 semanas de la última campaña agrícola, se generó un mapa Centinela de
“La evolución de las lluvias, las temperaturas nocturna y diurna, sumado a la situación climática de los países vecinos, determinan en gran medida cómo se presentan en cada región las principales enfermedades de la soja, que en general están en el lote desde la campaña anterior”, explicó Horacio Silva, Gerente de producto de Syngenta. Y destacó que “los productores han entendido estas variaciones y adaptaron el manejo de las enfermedades con una mayor presencia en el campo, a través de monitoreos y análisis de muestras, concientes de que las condiciones climáticas definen cuándo aparecen las mismas y su nivel de daño”.
A partir de centenares de muestras y con una experiencia de tres años, Centinela permitió “pronosticar la aparición de los focos de roya con una precisión del 95%, desestimar la aparición de esta patología en cuatro zonas vulnerables con una precisión total, y atender preventivamente el complejo de Enfermedades de Fin de Ciclo. Por caso, anticipó el avance de ‘mancha de ojo de rana’ (Cercospora sojina), previniendo sobre la necesidad de monitoreos y medidas de control con una antelación de 50 días”, destacó la fitopatóloga Margarita Sillon de
En el gráfico adjunto se observa que enfermedades como Septoria, Cercospora y Bacteriosis están presentes, aunque en diferente proporción, en todas las regiones agrícolas del país. En tanto, Micromanchas y Myrotecium afectan la producción en el norte del país.
Lo que hoy se ve como una imagen estática, en realidad se plasma en la realidad como una situación dinámica. Por ello, la posibilidad de interpretar el escenario en cada momento particular es “una herramienta importante para la toma de decisiones correctas de manejo, a partir de la información y la prevención”, consideró Sillon, docente de
En tanto, el climatólogo Eduardo Sierra, quien trabajó junto a Sillon en el servicio de perspectivas climático-epidemiológicas, aseguró que “estos pronósticos integrados son innovadores y funcionan muy bien. Me satisface mucho la transdisciplinariedad y hemos logrado una experiencia muy enriquecedora”, evaluó.
Sobre las particularidades observadas, Sierra, señaló que “en la última campaña, la sequía actuó como depresora de las enfermedades, pero siempre hay que estar atentos porque evidentemente en escenarios secos aparecen otras plagas”.
En efecto, como consecuencia de la particular situación climática de la presente campaña, existió una importante presencia de “mancha de ojo de rana” en la región pampeana, hecho que tomó por sorpresa a muchos productores.
Al respecto, el fitopatólogo Marcelo Carmona de
“Centinela cumplió el objetivo porque fue eficaz. Había que anunciar algo no conocido en muy poco tiempo. Lo vimos en un campo y a los cuatro o cinco días ya estaba todo difundido. Así, el impacto fue muy significativo, porque muchos productores se movilizaron, enseguida aplicaron fungicidas y llegaron a tiempo para enfrentar la enfermedad, que en algunos lotes tenía niveles muy altos. Por ello, hubo diferencias de rinde de 800 kg/ha”.
Alerta con los insectos
En la última campaña, y con perspectivas de continuidad, se puso en marcha el sistema de monitoreo Centinela Plagas, que apunta a los insectos en un sentido similar a la ya probada vigilancia de enfermedades. En este caso, Syngenta trabajó junto a LIDER (Laboratorio de Investigación, Desarrollo y Experimentación Regional) en Protección Vegetal, que conduce Daniel Igarzábal.
A través de la instalación de trampas de luz en las principales zonas agrícolas y de la clasificación de los insectos adultos atrapados, los especialistas anticiparon los ataques de las plagas.
“En la última campaña, particularmente seca, se detectó una mayor presencia de plagas que no habían sido importantes en años anteriores, como oruga bolillera y trips”, señaló Matías Balsa, Gerente de producto de Syngenta.
En ese sentido, Igarzábal advirtió en sus informes técnicos que los trips “son realmente perjudiciales cuando la planta está en estado de estrés, pudiendo defenderse en cambio cuando la situación de sequía no es importante”. Sobre oruga bolillera, el especialista advirtió tempranamente que, tanto en el norte bonaerense como en el centro sur santafesino, “las altas temperaturas aumentaron la infestación sobre el final del cultivo, cuando muchos creían que después de R5-
Otra plaga asociada a las condiciones de sequía es la arañuela, que este año tuvo una presencia muy fuerte, en correlación con lo advertido en los informes, y motivó aplicaciones de control que redundaron en diferencias de rinde.
“Los informes de Centinela Plagas son abiertos a todos los productores vía Internet y apuntan a ofrecer más información sobre el mejor uso de los insecticidas y el momento de utilización adecuado. No se incita a mayores aplicaciones, simplemente se advierte lo que pasa con las plagas en los cultivos de soja de cada zona, para que cada agricultor cuide mejor su lote”, concluyó Balsa.