«Si hay una respuesta positiva de las autoridades, en la próxima campaña se comenzará a comercializar. Ya se está haciendo producción de semilla afuera del país para el mercado argentino», adelantó a La Voz del Campo Pablo Vaquero, director a cargo de Relaciones Públicas de Monsanto.
La semana pasada, en Río Cuarto, el semillero estadounidense mostró un ensayo regulado con el nuevo híbrido.
«Con este nuevo evento, el maíz va a poder dar otro salto en productividad. Ya este año se han visto rendimientos promedios en algunos lugares de 14 mil kilos por hectárea, algo impensado años atrás», comentó Vaquero.
Cuando en agosto de 2007 la empresa lanzó al mercado el híbrido con doble gen (resistencia a BT y a glifosato de segunda generación), en su primera campaña se comercializaron un millón de bolsas, el equivalente al 30 por ciento de la superficie con maíz en el país.
La penetración del triple gen, sin embargo, no será tan agresiva, aunque desde la compañía sostienen que en los dos primeros años no podrá satisfacer toda la demanda de semillas que requerirán los productores.
Soja, por ahora no
A diferencia de lo que ocurre con el maíz, Monsanto mantendrá su estrategia de no lanzar en el país nuevas variedades de soja. Conservará esta posición, vigente desde 2003, hasta que se acuerde en el país un nuevo sistema que proteja y reconozca la propiedad intelectual de las tecnologías en semillas autónomas, según sostienen desde la empresa.
Sin embargo, se prepara para ese momento. La nueva soja con genes apilados BtRR2Y, desarrollada para el Mercosur, ya es parte de ensayos regulados en el país. «Con esta nueva tecnología apuntamos a mejorar la productividad por hectárea entre un 10 a 15 por ciento. Se trata de un salto tecnológico importante, más si tenemos en cuenta que 10 por ciento más de rendimiento en soja convencional equivalen a 10 años de desarrollo», comparó Vaquero.
El gen Bt provee protección contra insectos lepidópteros durante todo el ciclo del cultivo, mientras que el evento RR2Y es la segunda generación con tolerancia al glifosato y proporciona incrementos potenciales de los rendimientos del 7,1 por ciento respecto de la tecnología RR, según datos de la empresa. Los ensayos actuales sembrados en la Argentina son demostrativos y regulados, para lo cual el semillero tuvo que solicitar permiso a los organismos regulatorios nacionales.
A nivel comercial, Monsanto espera largar esta nueva variedad de soja en Brasil y Paraguay en la próxima campaña. En Argentina habrá que esperar al menos cuatro años, a partir de que se formalice un sistema de reconocimiento a la investigación biotecnológica.