Las jornadas didácticas se iniciaron hace dos semanas y son organizadas a través del Programa de Asistencia al Sector Yerbateros (PRASY) del INYM, con la disertación de los destacados ingenieros agrónomos del INTA Germán Acosta (agua) y Alberto Sosa (suelo), el ingeniero agrónomo Guillermo Reutemann (agua y suelo) y la nutricionista Vanesa Bengoa (la presencia de antioxidantes en la yerba mate). Están destinadas a 19 EFAS y al Profesorado en Ciencias Agrarias de Capioví. Hasta la fecha, se han desarrollado en las escuelas de Leandro N Alem (55 alumnos), Concepción de la Sierra (63 alumnos), Aristóbulo del Valle (61 alumnos), Dos de Mayo (45 alumnos), Los Helechos (70 alumnos) y 25 de Mayo (32 alumnos).
Estas charlas “son sumamente importantes para los alumnos”, sostuvo Norma Martínez, directora de la EFA de Leandro N Alem. Aquí estudian 160 chicos, la mayoría son hijos de agricultores. La modalidad de enseñanza consiste en dos semanas de estudios en la escuela y dos semanas en sus casas. “Aprenden sobre cocina, huerta, cría de animales, faenado, carpintería, limpieza y deben asumir una responsabilidad, por ejemplo coordinar una tarea”, agregó ratificando la cultura del trabajo.
“Generalmente -continuó Martínez- el joven rural es el que apuntala la familia, entonces recoge los conocimientos de la escuela, y vuelve a su lugar para enriquecer y fortalecer su realidad”. De ahí la importancia de aprender y capacitarse en diversos temas, fundamentalmente en aquellos relacionados con su lugar de origen, como el agua, el suelo y los cultivos, entre ellos la yerba mate.
La historia de Juan Hrebien, alumno del 3 año del Polimodal, ilustra la realidad de estos jóvenes. Vive y trabaja con su familia (seis integrantes) en una chacra de 25 hectáreas ubicada en Gobernador López. “Tenemos seis hectáreas de yerba mate, además de citrus y tabaco, y desde hace tres años implementamos medidas conservacionistas, cubiertas verdes, para tener mejor producción y cuidar el suelo”, contó el alumno. “Gracias a eso -prosiguió- hoy cosechamos, por ejemplo, más yerba que antes. Antes sacábamos 25 mil kilos en las seis hectáreas y hoy, 29 mil kilos”. Juan ya decidió que no dejará la chacra. “Aprendemos mucho acá y con estas charlas. Si uno sabe producir, es posible autoabastercerse y vivir sanamente. Pienso seguir estudiando, pero también mantener la chacra sin destruir el suelo, conservándolo”.
Miriam Solís, otra alumna que asistió a la charla que brindó el PRASY en la EFA de Leandro N Alem, pidió que este tipo de jornadas se reiteren. “Me gustó mucho, sería bueno que se siga realizando. Lo que más me impactó fue la exposición sobre la yerba en el monte y la relación entre monte, agua y suelo, cómo es importante cuidar los recursos naturales para que no se agote el agua y el suelo”. Su compañera Pamela Houchuk, de Picada Belgrano, también presente, expresó que “hay cosas que uno no sabe o sabe, pero no lo implementa, por ejemplo los beneficios que logramos al conservar el suelo, y además no sabía que la yerba posee tantos antioxidantes benéficos para el cuerpo humano”. Soledad Zapaja, de Bonpland, opinó: “Me gustó mucho la capacitación de la yerba mate. Es muy interesante la parte de manejo de suelo y la importancia que tiene la yerba mate para el organismo”.
El INYM además distribuye una carpeta técnica a cada alumno participante y deja material bibliográfico para el establecimiento.