3.07.13El Instituto de Investigación en Biomedicina de Buenos Aires publicó sus primeros tres papers sobre el comportamiento de las células frente al stress, la hipoxia y el shock térmico. Las investigaciones se realizaron en los laboratorios del Polo Científico Tecnológico del Ministerio de Ciencia.
La cartera científica explicó que el Instituto de Investigación en Biomedicina de Buenos Aires (IBioBA) es un instituto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) asociado a la Sociedad Internacional Max Planck, y es único en su tipo en Latinoamérica.
La institución trabaja en diferentes líneas de investigación que tratan de entender "cómo hace el organismo para adaptarse a situaciones que lo sacan de la homeostasis, es decir, del proceso mediante el cual el sistema endocrino ajusta constantemente los niveles de hormonas para que el cuerpo pueda funcionar con normalidad", informó el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Indicó que el ser humano "está expuesto a situaciones que lo sacan de la homeostasis como el stress".
El director del IBioBA, Eduardo Arzt, ejemplificó que “si al cruzar la calle viene un auto y uno reacciona con sus mecanismos habituales, le pasa por encima. En cambio, un mecanismo de adaptación de la homeostasis, permite que se disparen un montón de reacciones internas, para actuar con más velocidad. Son procesamientos muy rápidos del cerebro para adecuarse a la situación”.
Señaló que en los casos de stress crónico el organismo sale de la homeostasis y tiene que adaptarse a una circunstancia que no es la habitual. "Existen otros ejemplos como el caso de la falta de oxígeno o el shock térmico", señaló la cartera.
La principal respuesta para la adaptación del sistema nervioso a este tipo de situaciones la produce el eje hipotálamo – pituitario – adrenal (HPA). El Ministerio de Ciencia señaló que el IBioBA contribuye a entender cómo funciona ese eje. Explicó que uno de los trabajos, publicado enMolecular Endocrinology, explica a nivel neuronal, cómo son los mecanismos que realizan estos cambios.
Se trata de la respuesta de una hormona llamada Hormona Liberadora de Corticotrofina (CRH), secretada por el hipotálamo, que actúa sobre la hipófisis para que libere corticotropina (ACTH), lo que hace que el adrenal secrete glucocorticoides. Esta “cascada” de reacciones le permite al organismo adaptarse.
Eduardo Arzt explicó que “lo que estudiamos es cómo esta hormona CRH ejerce sus acciones a nivel de ciertas neuronas del hipocampo para desencadenar toda esta reacción”.
El segundo trabajo, publicado en Molecular and Cellular Biology, estudia el receptor específico de los glucocorticoides.
Arzt explicó que “es clave el mecanismo por el cual los glucocorticoides se pegan a su receptor en la célula y desencadenan diversas reacciones. Entenderlo puede tener un impacto tremendo porque también regula la respuesta inmunológica. Además se trata de corticoides que, como medicamento, se usan masivamente. El mecanismo de acción del corticoide es igual al del glucocorticoide que el organismo produce naturalmente”.
Señaló que comprender ese funcionamiento podría ayudar a la producción de una nueva generación de fármacos con menos contraindicaciones. Este estudio tuvo su origen en las investigaciones del equipo dirigido por Arzt en la Universidad de Buenos Aires.
El grupo descubrió un gen al que denominaron RSUME y que es parte de un proceso de la célula que recibe el nombre de sumoilación. Si bien originalmente el hallazgo del gen no estaba relacionado con esa línea de investigación, el equipo encontró que el RSUME regula al receptor de glucocorticoides y le afina la respuesta en determinadas situaciones como la hipoxia o el shock térmico.
El tercer paper, esta vez publicado en PLOS One, analiza las variantes de morfología de la molécula RSUME y su actividad, lo que permitió identificar más de una variedad del gen. Se llevó a cabo mediante modelado computacional con la participación del especialista en bioinformática Adrián Turjanski.
En colaboración con la Fundación para la Lucha contra las Enfermedades Neurológicas de la Infancia (FLENI) se determinó que una de las variedades de RSUME está más presente en los tumores cerebrales llamados gliomas. En esos casos las células tumorales quedan en medio del tumor y reciben poca irrigación, lo que los hace hipóxicos.
“El tumor necesita generar mecanismos para vivir en hipoxia por lo que identificar el mecanismo podría ser una forma de encontrar cómo apagarlo” concluyó Arzt.