El 2010 comenzó para Venezuela con la devaluación de su moneda nacional, el bolívar, y una cotización doble para el cambio.
Para las cotizaciones prioritarias rige una cotización de 2,60 bolívares por dólar. Almientos, salud, maquinarias, equipos, y ciencia y tecnología, entre otros, quedaron en esta categoría.
Por fuera de estos productos rige la paridad de 4,30 bolívares por dólar. Venezuela es, desde los últimos años, uno de los principales mercados para las maquinarias agrícolas y el arroz argentino.
En 2009, los venezolanos importaron “fierros” por un total de 45 millones de dólares; y arroz por cerca de u$s34 M, equivalente a 85.000 toneladas. En el caso de las maquinarias agrícolas, por ejemplo, las ventas a Venezuela representaron, en dólares, el 28 % del total exportado el último año.
Infocampo dialogó con empresarios, de ambos rubros, acerca del posible impacto que tendrá la devaluación venezolana sobre la exportación de estos dos productos argentinos.
Estos sectores coinciden en que la nueva cotización del bolívar no tendrá un efecto negativo para las ventas argentinas. Un factor resalta sobre otros para llevar tranquilidad a los industriales y productores nacionales: Venezuela no es autosuficiente, ni en maquinarias agrícolas ni en arroz.
De ahí, que ambos productos sean considerados como importaciones prioritarias. «Sí o sí tendrán que seguir comprando nuestros productos», dicen al unísono los industriales y productores arroceros argentinos.
Ambos sectores mantienen un moderado optimismo, que se observa en el hecho de que prevén un incremento de sus ventas al país presidido por Hugo Chávez.
En el caso de las maquinarias agrícolas, el Inta Manfredi estimó que, en 2010, las ventas a Venezuela se incrementarían hasta los u$s50 M, siempre y cuando se mantengan las condiciones cambiarias actuales.
Los empresarios de este rubro consultados por Infocampo destacaron que «si bien esta devaluación hace sentir sus efectos en el mercado interno, no tiene una alta incidencia a la hora de decidir la compra de maquinaria argentina».
La firma Vassalli Fabril SA exportó, en estos últimos cuatro años, 300 cosechadoras a Venezuela, y ahora está trabajando en un proyecto de transferencia de know how, y la provisión de cosechadoras bajo el formato Completed Knock Down (CKD).
Los modelos incluidos en estos envíos son las cosechadoras Don Roque RV 125 y 150. “Estas unidades están especialmente adaptadas a las necesidades productivas de ese mercado”, destacó Raúl Díaz, gerente general de la firma.
Además de los fierros, la empresa santafesina busca el agregado de valor en sus exportaciones. «El paquete tecnológico también incluyó el viaje a Venezuela de personal de la empresa, para capacitar a técnicos y agricultores venezolanos en la puesta a punto y regulación de las máquinas”, sostuvo.
Consultado sobre los posibles efectos de la devaluación, Díaz aseguró que «nuestra relación con Venezuela es un proyecto a largo plazo, más allá de las coyunturas y vaivenes de las economías de cada uno de nuestros países”.
Recién llegado de su viaje por Venezuela, José María Bonavía, gerente de Comercio exterior de Pauny, explicó que la firma cordobesa está finalizando los compromisos contraídos durante 2009.
“Si bien afecta al desarrollo del mercado interno de ese país, la devaluación no nos afectó”, sostuvo.
Para este año, Pauny enviará un total de 150 tractores para ensamblar a Venezuela y, de este modo, concluirá el contrato que contempla un total de 400 unidades de los modelos 230 y 250 A, que se terminan de armar en la planta que la empresa posee en el municipio de Turén, en el estado de Portuguesa.
Entre las inversiones a futuro de la empresa, el próximo 28 de febrero está prevista la inauguración de los primeros 6.000 m2 de una planta en el municipio de El Sombrero, estado de Guarico, a donde trasladarán el total de la producción.
“Si bien todos los componentes de los tractores ensamblados son argentinos, en el mediano plazo apuntamos a que haya una mayor presencia de piezas fabricadas en Venezuela”, manifestó.
El optimismo también está intacto en el sector arrocero. En febrero, «los productores entrerrianos tienen previsto exportar a Venezuela 15.000 t de arroz elaborado a muy buen precio: 687 u$s/t», indicó el secretario de Producción de Entre Ríos, Roberto Schunk, a Infocampo.
Y agregó: «Hay grandes posibilidades de colocar otras 100.000 t de arroz cáscara en 2010». Para Schunk, “no sólo que la devaluación no tuvo ningún impacto sino que, incluso, están comprando más arroz argentino”.
En coincidencia, Hugo Muller, presidente de la Fundación ProArroz , señaló a Infocampo que “no hubo rechazo de los contratos ya firmados” para exportar el cereal a Venezuela.
Claudio Francou, presidente de la Cooperativa Arrocera de Villa Elisa, que junto a Oleaginosas Moreno, en el marco de Fedenar, le vendió a los venezolanos 15.000 t de arroz elaborado, explicó que “Venezuela importa entre 400.000 y 500.000 t por año. Ellos necesitan nuestro arroz porque son productores deficitarios”.
“El arroz es uno de los pilares de su alimentación”, agregó Ricardo Freire, gerente general de la firma Copra SA.
Estas expectativas y los “buenos precios” mundiales para el cereal argentino serían las causas del aumento en el área destinada a este cultivo.
Muller, en este sentido, indicó que los valores del cereal en el comercio externo “están tonificándose”, y que «el productor recibe hoy un peso por kilo» de arroz.
También Francou habló de precios tonificados durante la zafra «debido a la mala cosecha de la India , un gran productor mundial, a causa de las malas condiciones climáticas en ese país”.
Los arroceros quieren repetir la experiencia de 2009, cuando «los mercados estuvieron fluidos y los precios se fortalecieron a partir de mayo, sobre todo a partir de las exportaciones de arroz cáscara a Venezuela», indicó Arturo Sequeira, asesor de la Federación de Entidades Arroceras Argentinas (Fedenar).
Venezuela, aunque muy importante, no es el único destino de la agroindustria nacional.
En los últimos cinco años, la metalmecánica argentina se abre paso en mercados como Europa del Este, Sudáfrica y Oceanía; los arroceros, por su parte, conquistaron los Países Árabes, África y Europa, entre otros.
La diversificación de mercados sigue siendo la clave de estas producciones.