Los últimos datos de vacunación antiaftosa confirman lo que esperaban los analistas del sector agropecuario: hay 10% menos de ganado en la Argentina que hace tan sólo un año. La información apoya el argumento de los ganaderos, que dicen que la carne sube en las góndolas porque no hay hacienda.
A un día de que se desatara la polémica por el cierre de las exportaciones cárnicas, la información dada a conocer ayer por el organismo encargado de las campañas de vacunación, el Senasa, reconoce el proceso de liquidación del rodeo argentino.
Especialmente en el último año, productores y frigoríficos se prestaron a una enorme matanza de animales, en parte por la sequía que impidió engordar más la hacienda y en parte, por los continuos controles que pesan sobre las exportaciones desde 2006. Esas medidas redujeron el kilaje de los animales que van al matadero, porque el consumo interno prefiere ejemplares tiernos, como novillitos y terneras, en detrimento de los novillos pesados, preferidos por el mercado internacional.
El aumento de faena del año pasado impuso un nuevo récord de matanza en 32 años y ocasionó un aumento del 10,4% en la cantidad de carne disponible para los consumidores nacionales e internacionales. En paralelo, la mitad de los animales faenados en el año fueron hembras, una marca históricamente alta que los especialistas engloban en un proceso que llaman “liquidación de vientres”. Por eso, para este año los analistas estiman que nacerán 2,5 millones de terneros menos y que la liquidación del rodeo aún no llegó a su fin.
“Los datos de vacunación de 2010 todavía reflejarán una baja de las existencias ganaderas”, dijo a El Cronista el analista Víctor Tonelli, que anticipó los números que dio a conocer el Senasa ayer. Según dijo, a partir de 2011 el proceso puede invertirse, pero “habrá que esperar, por lo menos, hasta 2011 para ver los volúmenes de stock que se vieron en 2008”.
El informe de vacunación de Senasa refleja que la producción de carne es una actividad que se repliega año a año desde el inicio de las restricciones a las exportaciones. La última información remitida refleja una caída del 15% respecto de las 61,3 millones de cabezas de hace cuatro años, cuando las exportaciones comenzaron a ser cupificadas.
Si bien las bajas más importantes del stock en la segunda vacunación son las de las categorías más livianas, muchos terneros recién nacidos no son vacunados, por eso los datos más relevantes son los de las categorías de novillos y novillitos, que en conjunto cayeron 11% respecto de 2008. Por su parte, la liquidación de vientres dejó como resultado casi dos millones de cabezas menos para la categoría de vacas.
Pese a que las esperanzas del secretario del Interior, Guillermo Moreno, eran las de contar con una mayor oferta de hacienda desde mediados de marzo y poder así descomprimir los precios, el faltante de hacienda es estructural. Mientras que los ganaderos explican que habrá algo más de disponibilidad de vacunos a mediados de año, con la llegada del invierno, los analistas entienden que revertir el proceso costará, al menos, tres años.